Qué bonito es el fútbol cuando juega España. Gracias, gracias y más gracias a estos chicos que nos han dado la alegría de nuestras vidas por tercera vez. ¡Y las que quedan! Luchando contra el cansancio, contra la historia, contras los mitos que siempre nos habían barrido del mapa. Pero nadie podía con estos jóvenes honestos, que no quisieron echar a Italia y la han ganado en la mayor goleada de la historia en una final. Ahí quedará para siempre este partidazo con el que han hecho historia, en el que Torres ha sido un caballero con su amigo Mata, en el que Casillas, un Titán, ha abrazado a Xavi, unidos y haciendo fuerte a una selección pese a todos.
La selección ha escrito la página más brillante de su existencia al completar la triple corona, frenando en la gran final del Olímpico de Kiev el resurgimiento de la bella Italia, amparada en un nuevo estilo inculcado por Cesare Prandelli.
Punto y final a la decimocuarta Eurocopa. 76 goles en 31 partidos. Una media de 2,4 goles por encuentro. Sin ambiente en Polonia y Ucrania de gran fiesta del fútbol. Pero con una selección, España, que se convierte en leyenda. La primera de la historia que consigue la triple corona. El presente tiene un dominador. Un rival a batir por todos que exhibe un estilo. +
La Eurocopa-2012 pasará a la historia como el primer torneo internacional en que el ganador fue el fútbol ofensivo, con cuatro semifinalistas, España, Italia, Alemania y Portugal, defensores de este tipo de juego, incluida la Azzurra, que pareció romper con su pasado.
España explotó su brillantez en la final para revalidar el título. Su dominio en el »viejo continente» es tan abrumador que antes no hizo falta. Más estudiada que nunca por sus rivales, mostró su alto nivel competitivo, la culminación del aprendizaje iniciado hace cuatro años, cuando precisamente ante Italia desterró todos los fantasmas del pasado en aquella tanda de penaltis de cuartos de final.
Era la Eurocopa de Vicente Del Bosque. Hasta ahora le señalaban como un buen técnico para gestionar el legado de Luis Aragonés. El tiempo ha ido pasando y con máximo respeto a las huellas del pasado, ha ido introduciendo cambios hasta plantarse en Polonia y Ucrania con una plantilla renovada al cincuenta por ciento en los jugadores de campo.
Sin dos señas de identidad como Carles Puyol y David Villa. Al central no se le echó de menos por la consagración de Sergio Ramos como central. Inconmensurable. El mejor defensor del campeonato. Los goles milagrosos del »Guaje» sí se añoraron. Especialmente en semifinales, ante Portugal, cuando volvió a aparecer San Iker y su parada salvadora en el último momento. Cuando Cesc Fábregas rebobinó la historia para volver a materializar el penalti decisivo, el quinto, y lanzar a la »Roja» a la gran final.
Fue ante Italia. El mismo duelo del debut. La selección que comenzó el torneo con el respeto al campeón, ante el que se blindó para firmar un empate el día en el que todos tienen miedo al inicio con la derrota, para ir creciendo en torno a la figura de Pirlo. Su calidad ha sido el reflejo de los »azzurri» que tras vencer a Croacia desató una campaña en prensa para denunciar de antemano un pacto entre croatas y españoles, que con un empate a más de dos goles les dejaba fuera.
No hubo »biscotto». No entra en los códigos de entender el fútbol de España, que asestó un golpe de autoridad a Francia en cuartos de final mientras Italia fue superior a Inglaterra, pero sólo la derrumbó en la tanda de penaltis. En semifinales, fue la encargada de acabar con el favoritismo de Alemania. La finalista de la última Eurocopa caía a la misma altura que en el Mundial 2010, dominando pero sin saber como tapar los golpes de su rival. Un 2-1 final que bien pudo ser una goleada. Llegó en la final, en una exhibición de la »Roja». 4-0, el mayor triunfo de la historia.
Fracasó estrepitosamente Holanda en la Eurocopa 2012. La finalista del último Mundial. Fue la víctima del »grupo de la muerte». Se fue sin un solo punto. Sorprendida por Dinamarca (0-1) y tras caer ante Portugal y Alemania. Otra decepción fue Rusia. Cuando parecía que recuperaba su fútbol vistoso, repleto de verticalidad (4-1 a la Repúbica Checa), acabó fuera a las primera de cambio por empatar con Polonia y perder ante Grecia.
Las dos anfitrionas tuvieron en su mano acceder a cuartos de final pero no lo consiguieron. Polonia se fue con dos empates y una derrota. Ucrania firmó la primera victoria de su historia en una Eurocopa, amparado en la figura de su icono Shevchenko, pero acabó cediendo ante Francia e Inglaterra.
Justificó su eliminación en los penaltis el equipo inglés. Otra vez los penaltis cruzándose en su camino. Solo una victoria, ante España, y grandes decepciones. La mala fortuna ante Italia en cuartos rebajó el nivel de crítica a una selección que no brilló.
No hubo grandes revelaciones en el torneo. Lo rozó Croacia. Que se quedó eliminada por un solo gol en el grupo de España. Destacó el carácter competitivo de Grecia, que solo cedió ante la potencia alemana en la segunda mitad de cuartos.
Cuando todo apuntaba a que Alemania y España, los dos mejores equipos de los últimos cuatro años, disputarían la final, apareció Italia, como un invitado inesperado en la fiesta, eliminando a los germanos en semifinales (2-1), con un fútbol ambicioso, extraño a su cultura y tradición.
Italia se había unido a la causa del buen fútbol, de la posesión. Era el último de los grandes había sido evangelizado a la causa del fútbol espectáculo.
Cesare Prandelli, su seleccionador, siempre había sido defensor del buen fútbol, pero todo el mundo se preguntaba si se atrevería a revolucionar a la selección italiana. Y lo hizo.
«¿Revolución? No sé si se puede hablar de revolución. El proyecto era de recomenzar un ciclo, de reprogramar un equipo que se construiría un futuro basándose en el juego, en la voluntad de querer tener y jugar el balón», había afirmado Prandelli tres semanas antes de comenzar la competición.
«Tenemos excelentes centrocampistas. Tenemos que avanzar. El placer de ver al Barcelona hace reflexionar. ¿Por qué no podemos nosotros jugar así? Esa Italia que sabe solo defender y jugar al contragolpe ya es pasado. En su lugar hay una Italia que quiere atacar», incidió. Lo luchó, lo intentó… pero España es la mejor selección de todos los tiempos.