El Real Madrid ha firmado su segunda goleada de la semana (5-1). El encuentro ha sido plácido ante un débil Legia de Varsovia, sin necesidad de forzar la máquina y con tantos que no tuvieron la firma de Cristiano Ronaldo. El portugués ha estado negado en el remate en sus mil intentos, pero ha termiando regalando dos goles.
Era un día perfecto para saciar el hambre, mejorar estadísticas y sumar en la puja por el liderato de un grupo complejo. Al Santiago Bernabéu llegaba la ‘cenicienta‘, un Legia de Varsovia para el que ya era un sueño pisar el coliseo madridista y que ha decidido disfrutarlo con descaro. Consciente del peaje de goles que pagaría por su osadía. La endeblez defensiva y un portero de bajo nivel para una competición de altos vuelos han hecho el resto.
El Madrid necesitaba enterrar definitivamente su bache de resultados y nada mejor que un nuevo festival goleador tras el de Benito Villamarín. La diferencia de nivel le ha empujado hacia una relajación defensiva; a jugar con menos tensión. Ningún rival hoy en día lo perdona y el Legia ha dejado tres avisos iniciales que terminaron de incendiar a una afición excesivamente pasional, que ha convertido en campo de batalla los aledaños del Bernabéu antes del encuentro.
Las cosas del fútbol han dejado los primeros disparos a puerta del conjunto polaco, con Moulin disparando blando a las manos de Keylor. Aunque el guardameta ha tenido una gran intervención un minuto después, al sacar con las piernas el disparo en carrera de Guilherme con todo a favor. El Real Madrid sentía la superioridad en cada ataque y la puntería era cuestión de minutos.
Así, ha llegado el último intento del modesto. Una buena acción por la derecha de Guilherme que ha terminado con un disparo al poste Ofoe, en momentos de patente descontrol y corre calles. El Legia no se ha encerrado y ha recibido su castigo por mera inercia. Lanzaba una contra que fue cortada antes de que el balón cayese a Bale e inventase el primero. Desde el costado derecho se ha orientado el balón a su zurda y con un disparo ajustado ha abierto la lata. Era el minuto 16 y ya se preveía que el encuentro se le haría eterno al Legia.
Incluso los polacos han dado la impresión de bajar los brazos cuando Kroos, con bicicletas en una esquina del área, ha realizado un pase atrás y Macelo ha disparado con fortuna de Marcelo a la red. El rechace de la defensa ha envenenado el balón.
Sin embargo, un nuevo error defensivo madridista ha provocado el tanto del honor para el conjunto polaco. Danilo ha derribado a Kucharczyk dentro del área y Radovic no ha desaprovechado el regalo en un marco incomparable para su carrera.
Nada igualaría el encuentro y el acoso madridista ha encontrado antes del descanso la sentencia. La osadía defensiva de un balón al rival en un intento de taconazo de Varane o una pérdida en su área por regatear de Bale no ha recibido castigo y Marco Asensio ha sido el encargado de firmar el tercero. Su primer tanto de muchos en la Liga de Campeones, tras asistencia de Cristiano.
No era el día de Cristiano
El portugués marcó el último de los seis del Villamarín y rumiaba su ansiedad goleadora tras los tres tantos en una parte sin su sello. Ve cerca el hito de ser el primero en alcanzar el centenar de dianas y la segunda parte sería una búsqueda de su tanto. De falta, desafortunado. Lo buscaría en juego, pero no llegaba y su ansiedad crecía. Lo plasmaba en una patada a destiempo que le costaba la amarilla.
Pepe ha desaprovechado la más clara, tras un balón muerto a un rechace y el encuentro entraba en una siesta eterna de la que solo despertaría con la entrada de Álvaro Morata y Lucas Vázquez. El primero desequilibraba en la izquierda y el segundo la enganchaba a la red con un derechazo potente sin dejar caer el balón. Hambre pura de minutos y éxito.
La afición madridista ha premiado la actitud de Morata: peleando cada balón, presionando y mostrando el trabajo que la BBC no ha hecho ante un rival débil. Mientras, Cristiano ha continuado buscando su gol. A doce el final no encontraba puerta en un remate con el exterior de la bota tras pase de Benzema, que le regalaba otra en el minuto 83. No obstante, no era la noche del portugués.
Por ello, Cristiano ha decidido ser generoso. Ha finalizado repartiendo su segunda asistencia, al ímpetu de Morata que engañaba a Malarz en la definición. Llegaba la ‘manita’. Todos los compañeros buscaron a Ronaldo pero definitivamente no era su noche. Tendrá citas más importantes en la búsqueda de la defensa de la corona que nadie ha conseguido.