El Real Madrid regresa a la Champions para enfrentarse al equipo alemán que más se parece al Atlético de Simeone. El entrenador italiano Roberto Di Matteo ha construido un Schalke que se caracteriza por ser un equipo sólido y rocoso, con un táctica perfectamente definida. Utiliza un sistema ultradefensivo (5-3-2), con las líneas muy juntas, replegado atrás, un ataque directo con la velocidad de los laterales (Uchida y Fuchs), transiciones rápidas al contraataque y explota la estrategia con las jugadas a balón parado.
No es el Schalke un equipo abierto como el que cogió el Real Madrid la temporada pasada y le ganó (1-6) con dos goles de Benzema, Bale y Cristiano Ronaldo. El ataque del equipo madridista será más estático ante un equipo cerrado, que no va a dejar espacios ni permitir que se juegue con comodidad. Son las armas que va a emplear el conjunto alemán. Una defensa de cinco, con tres centrales (Höwedes, Matip y Nastasic), dos laterales de largo recorrido (Uchida y Fuchs) y un tres centrocampistas (Barnetta, Kirchhoff y Boateng) para blindar al equipo y cerrar el carril central.
El punto más débil está en la portería. El guardameta titular, Ralf Fährmann, está lesionado y su suplente, Fabian Giefer, tocado. Es duda porque sufre molestias en el adductor. El elegido puede ser un chico de 19 años, Timon Wellenreuther, que solo ha disputado tres partidos en la Bundesliga. La inexperiencia del portero deberían aprovecharla los atacantes del Real Madrid. En ataque, el Schalke recupera al ex madridista Huntelaar, que no puede jugar en la Bundesliga por una sanción de cuatro partidos. La amenaza para Iker Casillas es el delantero camerunés Maxim Choupo-Moting, el delantero más en forma, habilidoso y vertical.
Este es el rival que tiene que superar el equipo de Ancelotti en los octavos de final. Un equipo ordenado, intenso y muy defensivo. Roberto Di Matteo, el entrenador que hizo campeón de Europa al Chelsea en 2012 y que por el camino eliminó al Barcelona en las semifinales y al Bayern de Múnich en la final, quiere convertir la eliminatoria en un sufrimiento para el Real Madrid. No permitirá correr a Bale, Cristiano Ronaldo y Benzema. Los quiere asfixiar. También apretará a Isco y Kroos para que no haya buena salida del balón. En la presión buscará el error y el contragolpe. Es la misma filosofía que ha utilizado Simeone y que se le ha atragantado al Real Madrid en los derbis.
El campeón de Europa no tendrá las mismas facilidades que se encontró el 26 de febrero de 2014 cuando goleó en el Veltins Arena al Schalke por 1-6. El equipo de Ancelotti es favorito por calidad y experiencia. El conjunto alemán tiene varias bajas (Fährmann, Draxler, Farfán, Goretza, Kolasinac y Obasi), pero un entrenador que sabe comprometer a los que tiene activos y capaz de hacer un equipo competitivo.