Mendizorroza será testigo del debut del Barça de Tito en la Copa del Rey 2012/2013, una copa que le hace especial ilusión al técnico catalán en su primer año como entrenador blaugrana. El campo vitoriano será testigo de la herencia dejada por Pep Guardiola, que dejó en poder de su amigo y colega Tito Vilanova el pasado 15 de Junio el banquillo azulgrana.
Desde la llegada de Vilanova al Camp Nou, hemos podido ver que el Barça no ha cambiado respecto al equipo de los años anteriores, aunque también ha dado pequeñas muestras de su sello personal. Sin modificar el reconocible estilo del Barça, Vilanova ha sabido cambiar pequeños mecanismos -la presión, la forma de defender y la demarcación de algunos jugadores- en un once que parece casi imposible de batir para un humilde 2ªB.
No se plantaba el Alavés en los dieciseisavos desde hace cinco años y nueve meses, cuando le tocó el Celta, al que apeó en Balaídos. Ya en octavos, en enero de 2007, el Barcelona le derrotó por 0 goles a 2 con un doblete del argentino Javier Saviola, en un agitado Mendizorroza que pidió enérgicamente la dimisión del presidente del club por aquel entonces, Dmitry Pitermann.
Así pues, el Barça regresa al estadio que cambió su historia, ya que en Vitoria, el club catalán se proclamó campeón de Liga en la temporada 1998-1999, en un partido que significó el relevo entre dos mitos del club catalán: aquella fue la primera Liga de las seis que acumula Xavi y al mismo tiempo, fue la última conquistada por Pep Guardiola, que abandonaría el club en 2001 también con seis títulos ligueros bajo el brazo. Fue la única Liga en la que ambos coincidieron sobre el césped, y que supuso el traspaso de poderes en la sala de máquinas azulgrana.
Además, ese día también pasó una anécdota curiosa y es que el Barcelona no volvería a ganar otra vez el campeonato liguero hasta 6 años más tarde, como las ligas de Xavi y Pep. En aquel Barça, jugaban jugadores de la talla de: Rivaldo, Figo o Kluivert. En el Alavés, su gran estrella era el ex culé Julio Salinas.
El Barça visitará a un Alavés muy distinto. Ya no es ese equipo que se quedó al borde de conquistar la Copa de la UEFA en el 2001, ahora deambula por el infierno de la 2ª división B, y solo el azar le ha permitido volver a recibir al Barcelona en su estadio tanto tiempo después.
Anoten bien en sus calendarios: miércoles 31 de Octubre en el estadio de Mendizorroza. Ahí mismo, »El Glorioso» (como así le conocen sus incondicionales) intentará voltear su historia de nuevo y devolver a sus aficionados aquellos sueños que vivieron hace ya 11 años. La vuelta, el 28 de Noviembre en la capital catalana.
Para los equipos de Segunda B, la tercera eliminatoria de la Copa del Rey marca cada temporada el punto de separación entre la resignación y un horizonte de grandes expectativas. En el caso del Alavés, aparte de ser un regalo deportivo, también lo es desde el punto de vista económico, ya que supondrá una inyección económica vital para el club vitoriano.
En el resultado económico radican detalles como el precio de las entradas y el horario marcado por las televisiones, por ejemplo. De acuerdo a las cifras de la pasada campaña, enfrentarse a un equipo europeo de Primera División garantizó a los modestos una media aproximada de 200.000 euros. Es decir, una quinta parte de lo que cobra la plantilla del Alavés en una campaña y cerca del 7% del presupuesto global de la entidad. El Alavés obtiene así un gran regalo, que le permitirá cuadrar con más holgura su presupuesto anual, que ahora ronda los tres millones de euros.
El Barcelona, por su parte, no puede permitirse el lujo de vivir del pasado. Y a pesar de las 26 Copas del Rey que posee en su palmarés, está obligado siempre a ganar. Asi que, aunque para los aficionados del Alavés suponga una fiesta el encuentro, el Barça no irá a Mendizorroza de pachanga.
El calendario determinará cuál será la apuesta del nuevo técnico culé a la hora de enfrentarse a los vitorianos. En cualquier caso, jueguen los que jueguen, el Alavés sabe que será una dura guerra.