Marc Márquez ya diseña la próxima temporada de Moto2 pero lejos del asfalto, que «besó» más de la cuenta en 2011, y con un plan específico que cuide su condición física y ponga énfasis en mantener la flexibilidad pues, según comentó, «me sirve para preparar mejor las caídas».
La última de las caídas que sufrió el piloto ilerdense del equipo CX Repsol de Moto2, el pasado mes de octubre en Malasia, le dejó fuera de combate para las dos carreras de final de campaña e imposibilitado para luchar por el título.
«Quiero trabajar la flexibilidad para la postura en la moto y también para las caídas», advierte un Márquez previsor, subcampeón del mundo en 2011 y que asegura haber aprendido de los errores del pasado.
En la agenda invernal de Márquez (CX Repsol) se señalan un año más las largas rutas en bicicleta y las series de piscina corta. Se prescribe, también, una dieta sana y en el gimnasio intentará ganar fuerza y flexibilidad con las que preparar mejor la temporada y las temidas caídas, que pretende evitar para el próximo curso.
Márquez es, con 18 años, uno de los pilotos más hiperactivos del »paddock». Lleva desde octubre lejos del asfalto precisamente por la citada caída de Malasia (sufrió una lesión ocular) pero ya tiene plan para este invierno: meter horas a su preparación física.
El piloto de Cervera (Lérida) se cayó varias veces en el comienzo de la pasada temporada y en Australia «aterrizó» contra el asfalto en los entrenamientos, en los que colisionó con el tailandés Ratthapark Wilairot y realizó una espectacular remontada desde la última plaza en la misma carrera.
«No me interesa ganar masa muscular, porque tienes menos flexibilidad en la moto y hay que ser flexible para la postura y también para las caídas», reiteró hoy a EFE el piloto catalán.
Márquez no parará su motor este invierno, pues la actividad es su gran característica. «No me gusta descansar», comentó el piloto de Cervera, quien a sus 18 años sueña con conquistar el título de Moto2 que acarició la pasada campaña.
«Estoy en el peso que me va bien. No quiero masa muscular, sino mantener la flexibilidad, la fuerza y la resistencia», comenta Márquez, un piloto liviano (58 kilos), pero cargado de fibra que encaja perfectamente en su alzada de 1,68 metros.
«Una de mis características del año pasado es que acababa mejor que el resto las últimas vueltas de las carreras. Eso quiero mantenerlo. Mi final de carrera era lo mejor que tenía y ahí sacaba ese plus», confesó.
Márquez, debido a la lesión ocular (vista doble en un ojo), no podrá subirse por el momento a su nueva montura oficial, pero sí podrá disfrutar con el olor a gasolina practicando motocross.
«La moto de campo me da fuerza en los brazos y hombros, pero los saltos los tengo prohibidos pues no hay que correr riesgos innecesarios», apuntó.
En cuanto a la preparación física específica en el invierno, Márquez dedicará 3 ó 4 días alternando el trabajo aeróbico con la bicicleta de montaña y en la piscina.
«Cada vez que salgo con la bici hago entre 30 y 35 kilómetros, y en la piscina tengo programadas en cada sesión 50 series en piscina de 25 metros», detalló el piloto, que cuida el físico en su Cervera natal, bajo la supervisión técnica de Genis Cuadrado y junto a su hermano Alex, también piloto de motos.
El gimnasio será otro de los centros neurálgicos en el invierno activo de Márquez.
«Trabajo mucho los hombros, pero con peso libre ligero y con gomas. Desde que me disloqué el hombro en una caída intento fortalecer sobre todo esta zona», apuntó.
Márquez remata este intenso trabajo físico con las recomendaciones que su dietista le prepara en el CAR de San Cugat.
«Es una dieta muy completa y sana, mediterránea, que me permite mantener el peso ideal», señaló Márquez, el piloto español con futuro más prometedor de cuantos comenzarán en abril la apasionante temporada de motociclismo 2012.
Antonio Tomás