La final tuvo unos minutos finales terribles cuando el jugador del Dnipro Leo Matos cayó desvanecido sobre el césped del estadio de Varsovia. En los minutos finales del partido, el jugador brasileño cayó desplomado cerca de su área mientras se realizaba una sustitución. Las escenas fueron tensas y un silencio sepulcral se apoderó de todo el estadio mientras los servicios médicos intentaban reanimar al futbolista. Finalmente, tras un par de minutos angustiosos que hicieron recordar episodios trágicos como el de Antonio Puerto, el brasileño recuperó la consciencia y cuando era retirado en camilla, los gestos eran de más tranquilidad entre los fisios y médicos del Dnipro.
La causa del desvanecimiento de Leo Matos fue un gran golpe en la cabeza. A falta de diez minutos saltaba por un balón y en la disputa, golpeaba su cabeza con la del sevillista Tremoulinas. El partido siguió con normalidad pero cuando el juego se paraba para la sustitución de Banega por Iborra, Leo Matos hablaba con un compañero y de repente se iba al suelo. Matos abandonó el campo en camilla entre una gran ovación y los aplausos de los propios jugadores del Sevilla.