División clara de opiniones en el himno español. Los Barcelonistas lo pitaban y los madridistas lo coreaban. Se escuchaban casi por igual a las dos aficiones. Al estar el Rey y no el Príncipe hubo versión larga del himno. El Real Madrid ocupó el fondo sur y el Barcelona, el norte. Se produjoEl clásico ¡lo lo lo! de los aficionados blancos frente a los pitidos de los aficionados del Barça.
Cualquier aficionado extranjero que haya escuchado este himno y las reacciones de las aficiones se debe creer que tenemos letra porque aunque los pitos hayan sido altos, la forma de tararear de los aficionados del Real Madrid no pasó desapercibida. Bien es conocida la animadversión de la mayoría de aficionados culés por el himno español. Así se vio reflejado en las dos finales que jugó frente al Athletic.
Desde entonces, la megafonía pone todo de su parte poniendo el himno de nuestro país a todo volumen, pero ni por esas se dejan de oír las aficiones. Fueron 55.000 gargantas, cada una con su opinión, cantando o pitando a pleno pulmón. Se palpó ambiente de gran partido de gran final.