De la Rosa ya ha superado una de las dos corrientes que cruzan la travesía antes de llegar a las costas donde finalizará la competición, según informó su departamento de prensa. En estos últimos días decisivos, aún queda por ver cómo se enfrentan los participantes a la segunda de las corrientes que tienen que atravesar antes de llegar a tierra.
«Menuda paliza física y técnica que me he dado estos dos días. intenté no perder tiempo ni para comer tranquilo, ya que cada vez que paraba una corriente fortísima me llevaba hacia el sureste. Me duelen las piernas como si hubiera bajado cuatro montañas seguidas, la espalda, el cuello y los hombros están igual. Las manos se me abren, apenas puedo coger un tenedor. Pero estoy feliz del palizón que me he dado. Creo que dará sus frutos», confió el español.