Primero fue una caída extraña en una falta. El desconcierto fue general. En la final, los jugadores alemanes han intentado jugar una vez más al despiste. Cinco jugadores charlando junto al balón, para finalmente disparar contra la barrera. El encargado de hacerlo fue Kroos. No hubo sorpresa, pero los alemanes saben que a balón parado son una potencia.
Brasil, Portugal y Francia sufrieron la eficacia alemana a balón parado, uno de sus puntos fuertes. Por eso, Argentina miró entera con incertidumbre el nuevo truco de Alemania. Esta vez no triunfó, pero los nervios del rival están a flor de piel cada vez que hay una falta en las inmediaciones del área.
Y Alemania ha estado a punto de adelantarse segundos antes del descanso con un cabezazo impresionante de Howedes. Toda Argentina se quedó mudo fuera del campo y desconcertada dentro en una primera parte en la que la albiceleste ha dominado salvo en los últimos diez minutos ante una Alemania que se ha encontrado con dos lesiones inesperadas en una posición clave en el centro del campo. Está claro que pese a todo, los germanos son una potencia a balón parado.