Crear sonidos únicos a través de flautas de zanahorias, tambores de calabazas, trompas de pepinos, trompetas de pimientos, violines de puerro, ¡no es una broma! Existe una orquesta vegetal capaz de crear un universo sonoro musicalmente innovador.
La Vegetable Orchestra fue fundada por un grupo de estudiantes vienenses de música en 1998. Decidieron fabricar instrumentos con vegetales frescos y formaron una pequeña orquesta de doce miembros.
Los artistas son jóvenes, con más pinta de grupo de rock & roll o indie que de pianistas y violinistas clásicos. ¿Quién lleva la batuta? “No hay ningún líder, somos un grupo de mujeres y hombres autoorganizados”.
En cada gira, los creativos tienen que hacer sus propios instrumentos, necesitan comprar verduras, frescas y de buena calidad, para que su sonido sea nítido. Y es que después de doce años haciendo música “vegetal”, el grupo sabe bien qué clase de alimento suena mejor en cada país. Depende del clima o del contenido de agua que tenga el vegetal.
En cada concierto, los músicos necesitan aproximadamente 70 kilos de verduras, sus propios cuchillos afilados, taladros y alrededor de tres horas para diseñar los instrumentos que van a utilizar para crear la obra musical.
Las fronteras no existen para la Vegetable Orchestra. Viajan por diversos estilos de música y son capaces de fundirlos, desde jazz, contemporánea, electrónica experimental hasta Free jazz y garaje. Es cierto que, sin los equipos de tecnología actual, como los amplificadores o micrófonos de última generación para que capten cada detalle del sonido no sería posible.
Mientras el público toma asiento, la orquesta afina minuciosamente sus instrumentos en el backstage. Saben que cada concierto es diferente aunque el público pueda repetir.