El recorrido que propone el centro de arte se divide en seis secciones, un orden que obedece a la manera en que el artista aborda el estudio de las diferentes del cuerpo humano y que articulan sus diferentes formas de ver: »Cabeza», »Mirada», »Figuras de medio cuerpo», »Mujer», »Pareja» y »Figuras en la lejanía».
Una de las comisarias de esta exposición, Catherine Grenier, ha indicado este viernes durante la presentación que Giacometti es «transcriptor de la mirada», que crea una «dicotomía entre lo vivo y lo muerto» y cuya obra muestra como intenta resolver las preguntas que encuentra en el «compartir de las miradas».
En primer paso de esta muestra es la cabeza, para el artista «la parte del cuerpo que comunica». Precisamente, su voluntad de profundizar en este punto lo separó de los surrealistas, movimiento al que se acercó durante su estancia en París, y regresó a la representación del natural.
La forma de concretar su pensamiento se aprecia en la mirada, que en esta muestra aparece representada en un buen número de dibujos, muchos de ellos inéditos. En palabras de Grenier, el artista es «singular en su mirada y en su forma de ver el mundo y definir sus figuras, tanto en su entorno como en sus proporciones».
Es en estos ejemplos de dibujo donde se observa la consideración del dibujo como disciplina imprescindible para dominar la escultura o la pintura: «Lo único que cuenta es el dibujo. Hay que agarrarse única y exclusivamente al dibujo. Si se domina un poco el dibujo, todo lo demás será posible», manifestó el artista.
DUALIDAD ENTRE HOMBRE Y MUJER
Otro de los apartados de esta muestra es su relación con el cuerpo masculino y femenino y la dualidad que encuentra en ambos. Según ha explicado Grenier, Giacometti siempre vio a la mujer «inmóvil», un carácter «hierático» que llevaba a sus modelos a permanecer horas en la misma postura; mientras que en la figura masculina percibía movimiento.
El recorrido que propone la Fundación Canal también se centra en el concepto de pareja. Unas veces aparece una figura en primer plano y otra que desaparece en la lejanía; y otras veces las parejas esbozan un paso, el uno hacia el otro y adelantan la mano hacia el rostro del otro con un gesto que inspira ternura.
«La distancia que nos separaba y que me parecía infranqueable pese a mi deseo de atravesarla me impresionaba tanto como las mujeres», dijo Giacometti respecto a estas obras.
Uno de los ejemplos que se podrán visitar en esta exposición es »La pareja» (1927), una escultura característica del periodo surrealista del artista, que tiene su origen en el auge de las artes primitivas, algo que se percibe en la fuerza totémica de las figuras representadas.
Por último, »Figuras en la lejanía» se centra en una de las principales preocupaciones del artista suizo: conjugar el trinomio cuerpo, distancia y escala. Aquí encuentran figuras de pequeño tamaño y frágiles y otras de mayor tamaño, en un intento por mostrar una realidad lo mayor posible. «Rescata toda la densidad de la Historia a través de estas figuras», ha concluido la comisaria de la exposición.