En la obra de García Márquez quedaron para siempre algunas frases memorables.
“Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra”. Cien años de soledad.
“La vida no es la que uno vivió sino la que uno recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Vivir para contarla
“Yo creo que todavía no es demasiado tarde para construir una utopía que nos permita compartir la tierra”. La mala hora
“El coronel necesitó setenta y cinco años -los setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto- para llegar a ese instante. Se sintió puro, explícito, invencible, en el momento de responder: -Mierda”. El general no tiene quién le escriba
“Era lo último que iba quedando de un pasado cuyo aniquilamiento no se consumaba, porque seguía aniquilándose indefinidamente, consumiéndose dentro de sí mismo, acabándose a cada minuto, pero sin acabar de acabarse jamás”. Cien años de soledad.
«No hay medicina que cure lo que no cura la felicidad». Del amor y otros demonios
“Pues bien: todo eso es cierto, pero circunstancial”, El General en su laberinto
«El escritor escribe su libro para explicarse a sí mismo lo que se puede explicar». Vivir para contarla
«Hay que ser infiel, pero nunca desleal». El coronel no tiene quien le escriba
«Es un triunfo de la vida que la memoria de los viejos se pierda para las cosas que no son esenciales». Memoria de mis putas tristes