1968 fue un año especialmente convulso internacionalmente: se vivían los peores momentos de la Guerra de Vietnam y pocos meses antes había ocurrido la trágica Primavera de Praga.
Cuando los tanques soviéticos entraron en la capital checa, en París los estudiantes se habían levantado en el conocidísimo Mayo del 68 francés, el racismo en Sudáfrica alcanzaba su apogeo y México vivía una fuerte inestabilidad interna producto de las malas condiciones económicas que atravesaba el país.
Alrededor de 400 estudiantes murieron
El 27 de agosto de aquel año, más de 200.000 estudiantes marcharon por el centro de Ciudad de México, y se instalaron en el Zócalo, una plaza central del Distrito Federal. Al día siguiente, la policía local reprimió la revuelta.
Sin embargo, los estudiantes no pararon en su intento de conseguir visibilizar la represión del Gobierno mexicano, por ello, el 2 de Octubre de 1968, se congregaron casi 50.000 estudiantes en la Plaza de Tlatelolco o de las Tres Culturas. Ese mismo día, desde todas las calles convergentes aparecieron las fuerzas del ejército rodeando la plaza.
Se disparó una bengala y los soldados empezaron a disparar indiscriminadamente contra los presentes, mientras los estudiantes huían aterrorizados. Casi 400 estudiantes murieron aquel día, y más de mil resultaron heridos de gravedad.
Se quemaron gran parte de los cadáveres y los heridos fueron llevados a hospitales militares para ocultar la verdad. Ya de noche, los bomberos y la policía se encargaron, con chorros de agua a presión, de lavar todas las huellas del magnicidio en aquella plaza, dejándola impoluta para la mañana siguiente.