Estaba en el Museo Patio Herreriano de Valladolid para visitar «Realistas», muestra a la que aporta varias obras, pero la mente de Antonio López le ha llevado ante una de las esculturas más originales de los Reyes Juan Carlos I y Sofía, una gigantesca pieza que firmó con los hermanos Julio y Francisco López.
Su rostro ha evidenciado el cariño que tiene por esta escultura que representa a los reyes doblados en volumen, a la que junto a sus dos compañeros dedicó dos años de trabajo antes de ser inaugurada por los propios monarcas en 2001 y que se ha convertido en una especie de icono del recinto.
«Se conserva muy bien», ha contestado al ser preguntado por cómo veía la obra de bronce quince años de intemperie en el patio principal del museo, donde hoy ha retomado anécdotas y hasta ha compartido consejos de conservación para la pieza: «está muy bien así, que coja solera, me gusta casi más ahora», ha dicho sobre la pátina del metal.
Antonio López ha recordado que las proporciones de las figuras se basaron en una meticulosa medición de los reyes y que posteriormente se multiplicaron «por 1,98 metros» para dotarlas de la grandeza que ostentan y que pudo comprobar el propio Rey Juan Carlos I cuando el artista le pidió que pusiera su pie al lado del esculpido: «era impresionante la diferencia».
Con timidez, el artista ha reconocido que en aquel momento no se atrevió a preguntar a los reyes qué les pareció la escultura, sino que esperó su opinión espontánea, pero no llegó.
«No era un encargo suyo», ha justificado sobre los orígenes de esta obra a la que tanto cariño ha profesado y que inicialmente estaba pensada por el Ayuntamiento de Valladolid para su ubicación en la céntrica Plaza Zorrilla, pero, sin aportar detalles, ha deslizado que alguien manifestó su «deseo de que no se colocara en la calle».
Le ha hecho especial ilusión, y así se lo ha hecho saber a la concejala de Cultura del Ayuntamiento vallisoletano, Ana Redondo, observar las firmas de los autores con los que compartió trabajo, uno de ellos, Francisco López, fallecido hace poco más de un mes.
No sólo la expresión facial de Antonio López ha manifestado su sentimiento por la escultura de los reyes sino que en su firma en el Libro de Honor del Museo ha insistido en que este recinto cultural y las figuras ‘reales’ instaladas en su patio le aportan «buenos recuerdos» de la época en la que las realizó.
Aunque los ojos y el corazón se le han ido directamente a la escultura de los reyes, López ha visitado posteriormente la exposición «Realistas», a la que aporta entre otras las cabezas de su obra «Día y noche», conocidas por su instalación en la madrileña estación ferroviaria de Atocha, en 2008.
También estas obras han ‘sufrido’ la sobredimensión con la que Antonio López juega en ocasiones para acercar aún más el realismo por medio de los detalles: «Crecen muy bien», ha reflexionado sobre las dos esculturas que componen también esta obra, en la que representó el rostro dormido y despierto de su nieta Carmen.
«Forman una unidad», ha destacado. Y ahí ha llegado la anécdota de la visita, cuando, animado por la comparación con la escultura de los reyes ha sentenciado en cambio: «El rey y la reina si quieres puedes separarlos, pero están muy bien juntos».
La rotundidad de la expresión ha hecho que algunos de los acompañantes de Antonio López hayan esbozado una sonrisa, pero el artista ha continuado con su discurso, defensor de que las esculturas de los reyes se pueden «independizar».
Óscar R. Ventana