Madrid, 25 ago (EFE).-La Compañía Nacional de Danza (CND) llega esta temporada a los 35, un cumpleaños que a su director, José Carlos Martínez, le hubiera gustado celebrar por todo lo alto, con un ballet clásico, pero en su lugar debe resolver un «tetris» laboral. «Esta temporada viviremos un momento decisivo», vaticina.
Pero, precisa el cartagenero (1969) en una entrevista con Efe, él va a hacer «todo» por encajar la temporada con las restricciones horarias de sus bailarines y ya tiene listo un programa conmemorativo que resumirá lo mejor de su historia, una celebración a la que está «invitadísimo», porque «es importante que esté», el que fuera su director durante 20 años, Nacho Duato.
La CND y el Ballet Nacional de España (BNE) se vieron obligados este verano a suspender varios compromisos y a modificar otros ante la orden de Hacienda de no abonar las horas extraordinarias que excedieran de 60 y retribuir el resto con tiempo libre.
Los trabajadores replicaron que no aceptaban la retribución en tiempo y, tras varias negociaciones, la Comisión Ejecutiva de la Comisión Interministerial de Retribuciones (CECIR) del ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas comunicó al Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM), del que dependen las compañías, que autorizaba un complemento compensatorio.
Los bailarines y técnicos del BNE y la CND están sujetos al llamado Convenio Único, que establece un horario rígido para todos ellos, de forma que cuando salen de gira todo lo que excede de su jornada se abona en horas extras, a 20 euros cada una para un sueldo que, en el caso de los miembros del cuerpo de baile supera apenas los 900 euros.
El complemento que han logrado es, desvela Martínez, de 350 euros brutos más al mes, «algo muy positivo porque les da más estabilidad», pero que, a cambio, complica mucho la organización de la compañía para los próximos meses porque todas las horas que superen las 60 extras anuales, ahora sí, se compensarán con tiempo libre.
Es decir, el complemento de 350 euros es a cambio de que en gira puedan mover su horario, para empezar más tarde y acabar más tarde, pero todas las horas extras que implican los desplazamientos a una distancia de más de 6 horas de viaje se compensarán con días libres, ya que las 60 horas extraordinarias retribuibles se consumen, básicamente, en «urgencias» como retrasos por ajustes en la iluminación o un cambio de casting.
«El reto va a ser gestionar la compañía para que puedan disfrutar de ese tiempo libre y, a la vez, cumplir sus compromisos. Hay que pensar que desde el primer año conmigo al frente hemos pasado de 36 a 70 espectáculos. Vamos a ver si eso se puede mantener porque solo esta temporada tenemos la gira por China -1 a 5 de noviembre- y Japón -30 de noviembre a 6 de diciembre-«.
Las actuaciones en China y a Japón -«tres semanas de vacaciones por las horas que generan»-, estaban cerradas antes de que se conocieran las nuevas condiciones de retribución. Ahora su dilema es qué hacer el próximo año.
«A los bailarines no se les puede dar tiempos muy largos de vacaciones porque pierden la forma. El problema será a partir de enero y tendremos que ir persona a persona. La solución sería cerrar dos meses pero yo no quiero. Va a ser un tetris -el juego en el que se encajan diferentes formas geométricas- aunque estoy seguro de que vamos a encontrar una solución», dice.
Así las cosas y aunque su deseo era hacer un ballet clásico completo para celebrar el 35 aniversario decidió que era más sensato otro tipo de programa, en el que combinará contemporáneo, neoclásico y clásico.
Será los Teatros del Canal, y harán tres repertorios distintos: uno del 3 al 8 de octubre; el segundo entre el 11 y el 16, y el tercero, que serán galas de homenaje a los fallecidos Tony Fabré y María Dávila, los días 18 y 19.
El primero incluirá «Allegro Brillante», «Delibes Suite», «In the Middle, Somewhat Elevated» y «Raymonda Divertimento», una pieza esta última que no se había estrenado en Madrid y que es el resumen de lo que han hecho estos últimos tres años, los que Martínez lleva al frente de la CND.
En el segundo, se bailarán piezas de la historia de la compañía, es decir «Herman Schmerman», «Casi-Casa» y «Minus 16», y participarán antiguos bailarines con Tamako Akiyama, la musa de Nacho Duato, al frente.
Además han organizado una exposición que recogerá la historia de la CND a través de 35 trajes utilizados en otros tantos años. «Hay mucha demanda fuera de la compañía. Es muy fácil »venderla», lo difícil es crear repertorio», añade.
Por Concha Barrigós.