El XXIII Festival Internacional de Ballet de La Habana cerró hoy con una gala que ofreció una muestra de la versatilidad de estilos y obras interpretadas por bailarines extranjeros y sus anfitriones del Ballet Nacional de Cuba (BNC).
La bailarina, coreógrafa y directora del BNC, Alicia Alonso, pisó por tercera vez el escenario de la sala «García Lorca» del Gran Teatro de La Habana en este Festival, ahora junto a invitados e integrantes de su compañía, en la última función del Festival que el público asistente coronó con un aluvión de aplausos.
Doce piezas resumieron las once jornadas en las que se presentó un variado programa de 30 espectáculos desde el pasado 28 de octubre con la actuación de artistas y compañías de danza de 21 países, entre ellos, EEUU, España, Francia, Gran Bretaña, México, Chile, Rusia y Argentina.
Durante casi tres horas, desfilaron por la escena un conjunto de obras de estilo clásico, romántico y contemporáneo, que tuvieron como punto de partida el estreno de «Contraconcerto», un montaje del cubano Eduardo Blanco.
Le siguieron varios «pas de deux» como «Danza par ti», a cargo de Carla Vincelli y Federico Fernández, del Ballet Estable del Teatro Colón, de Buenos Aires (Argentina).
El dúo de los españoles Lola Greco y Sergio Bernal encajaron perfectamente con la nota del flamenco en «El último encuentro».
Un clásico como «El cisne negro» de «El lago de los cisnes», permitió a los cubanos Anette Delgado y Dani Hernández hacer galas de virtuosismo.
En «Canto Vital» cuatro jóvenes figuras el BNC, entre ellos, Osiel Gounod, considerado una de sus más destacadas promesas, mostraron el vigor de las nuevas generaciones de bailarines.
En contrapartida, la pieza romántica «Grand pas de Quatre», reunió a cuatro estrellas femeninas del colectivo cubano: Anette Delgado, Sadaise Arencibia, Yanela Piñera y Verónica Corvea.
La pareja integrada por la cubana Xiomara Reyes y el norteamericano Cory Stearns, ambos danzantes principales del American Ballet Theatre (ABT), calzaron las zapatillas para bailar el clásico pas de deux de «El corsario».
En contraste, la estadounidense Melanie Hamrick y el cubano José Manuel Carreño, también del ABT, danzaron al ritmo de un melancólico fado portugués en «Transparente», en tanto que Marta Leebolt y el cubano Javier Torres, del Northern Ballet, también fueron aclamados por su actuación en la pieza «Madame Butterfly».
Los cubanos Viengsay Valdés y Dani Hernández lucieron su talento e impecable técnica en el estreno de «Doble Bounce», una coreografía moderna del canadiense Peter Quanz, que entusiasmó a los espectadores.
El broche final de bailarines, solistas y el cuerpo de baile del BNC interpretaron la escena final de la coreografía de Alicia Alonso «Sinfornía de Gottchalk».
El Festival celebrado bajo el lema «La tradición y los nuevos caminos» brindó una programación con 112 títulos, de los cuales 59 fueron estrenos mundiales.