Los numerosos escándalos protagonizados por el actor y director Mel Gibson en los últimos años, lograron apagar el brillo de su estrella y lo relegaron a un oscuro segundo plano, muy alejado del característico boato que destila Hollywood.
Sin embargo, ese largo periodo de ostracismo al que se vio condenado el protagonista de «Arma Letal» está cerca de finalizar gracias a la buena acogida de su última obra como realizador, «Hacksaw Ridge (Hasta el último hombre)».
La historia real de Desmond Doss, un objetor de conciencia convertido en héroe de guerra, ha servido para que la crítica se reconcilie con el realizador de «Baveheart» y que su nombre vuelva a sonar con fuerza en la recién inaugurada temporada de premios.
La película, protagonidada por Andrew Garfield, le ha reportado nada menos que trece candidaturas a los premios de la Academia del cine australiano, convirtiéndose en la gran favorita a alzarse con la victoria, mientras que los Hollywood Awards también han valorado su trabajo en dicha obra, nombrándolo como el mejor director del año.
Pero este resurgimiento no parece que vaya a ser flor de un día. Para el futuro se espera con interés su labor como actor en el film «The professor and the Madman», en el que compartirá cartel con Sean Penn y el resultado de la recientemente confirmada secuela de «La Pasión de Cristo», centrada en la resurreción de Jesús de Nazaret. Y es que Mel Gibson no estaba muerto. Estaba, literalmente, de parranda.