Los protagonistas de la cinta, Alicia (Ingrid García-Jonsson) y Simon (Bruno Sevilla), deciden colarse en el edificio una noche para pasar una velada romántica en una de las viviendas vacías. Esa misma noche, descubren que unos encapuchados han asesinado al único inquilino del edificio.
Así arranca un largometraje cuyo guión, según ha explicado Martínez en una entrevista a Europa Press, «cuajó solo» por la polémica de los desahucios y por la impresión que le causaba el bloque de pisos donde él mismo vivía en Madrid, además de la necesidad de hacer una película en una sola localización, para abaratar los costes de producción.
«No estoy seguro de si vino primero lo del mobbing o lo de situarla en una sola localización para que fuese factible de producir –ha reconocido– me gustan mucho las historias reales, que te anclan en la realidad, aunque luego, como pasa con »Sweet Home» te vayas a la aventura, al terror o al género».
PRETENDE ENTRETENER, NO REVOLUCIONAR
En todo caso, ha asegurado que es una película (su primer largometraje) «muy honesta» y cuya principal finalidad es «entretener» y que la gente «se lo pase bien». «No hemos pretendido revolucionar nada –ha indicado– Estoy contento, la gente la está disfrutando y creo que en general se está entendiendo la propuesta».
En cambio, Ingrid ha asegurado que se trata de una peli «muy loca» y ha asegurado que «le hace mucha gracia» el «macarrismo» de empezar con un tema «delicado» como son los desahucios y «darle una vuelta de tuerca».
El director ha explicado que le hubiera gustado trabajar algunos puntos más en profundidad si hubiera tenido «algunos días más» para el rodaje, entre los cuales figura el final que preveían para la cinta y que era «más espectacular» pero para el que no hubo presupuesto suficiente.
La película se ha rodado en cinco semanas y media de trabajo, pese a que es un proyecto en el que el director comenzó a trabajar hace «cinco años», según ha explicado.
«La experiencia es que hacer una primera peli es algo muy duro, muy complicado, muy intenso, pero se aprende un montón –ha subrayado– es mucho dinero sobre tus espaldas y una responsabilidad muy grande. La situación es la que es, sobre todo si eres un novel».
En todo caso, ha elogiado a los actores de la película y ha asegurado que ni el papel de Ingrid ni el de Bruno han sido «nada fáciles». «Por cuestiones de producción, durante el mismo día pasaban por arcos emocionales diferentes y eso es muy complicado –ha explicado– Ingrid pasaba de estar guapa y arreglada a tener que estar emocionalmente en otra punta de la historia».
INGRID, EN EL PAPEL DE ALICIA
Por un lado, Ingrid, que encarna a Alicia, una arquitecta que trabaja para el ayuntamiento (un trabajo «aburrido» para la actriz), ha destacado tanto el ritmo de producción como la dificultad de no «pasarse» con la actuación para conseguir que diera la sensación de que los personajes eran «personas normales».
«Como es todo mentira… ni oyes ruidos, ni ves luces a lo lejos, tienes un equipo, la iluminación no es tan oscura… Asustarme, cumplir las marcas y hacer un trabajo tan técnico sin pasarme con la actuación, al final es una ida de olla», ha explicado.
Para preparar su actuación ha trabajado viendo varias películas entre las que figuran »Los juegos del hambre», »Alien», »Los extraños», »Evil dead» y »Eden lake», algunas de ellas «un montón de veces», según ha asegurado.
De hecho, ha recordado que pasó miedo por las noches en el piso de Barcelona en el que se alojaba durante el rodaje, especialmente cuando le llamaron varias veces por error al telefonillo de la escalera y pensó «esto es igual que en »Los Extraños»».
BRUNO ES SIMON
Bruno Sevilla, a su vez, ha señalado que es la primera vez que se enfrentaba a un largometraje de este género y se ha mostrado muy satisfecho de su desempeño.
Sevilla encarna al novio de Alicia, Simon, un enfermero extranjero en paro que celebra su cumpleaños con su novia con una velada íntima en el edificio abandonado, hasta que la trama se tuerce.
«Queda feo decirlo, porque hay que ir de modesto por la vida –ha bromeado– pero la verdad es que estoy muy orgulloso de mi trabajo. Creo que hemos hecho muy buen equipo Rafa, Ingrid y yo y estoy muy muy contento».
Los dos protagonistas han destacado particularmente el trabajo del director, quien «tenía toda la película en la cabeza», según Sevilla. «Tenía muchísimas ganas de sacar la peli adelante –ha recordado– pensé que se nos moriría ahí mismo porque era una localización muy complicada, con pocos medios, con poco tiempo, teníamos que sacarlo todo hasta el final».
De hecho, tanto Sevilla como García Jonsson han asegurado que «perdió mogollón de peso durante el rodaje porque el pobre no daba a basto». «Tiene un mérito increíble y me siento honradísimo de formar parte de la película con él», ha subrayado Sevilla.