Ha ido poquito a poco en su carrera, pero Álex González está al fin disfrutando de un espectacular momento profesional y personal. Desde que le conociéramos en »Un paso adelante», allá por 2004, Augusto Alejandro José González, que es como realmente se llama, no ha parado de trabajar.
Ha participado en series como »La Señora», »Motivos personales» y »Hospital Central»,
en el telefilm »Inocentes» y tiene pendiente el estreno de la tercera temporada de »Tierra de Lobos». En el cine, participó en »Luz de domingo», »El color del océano» y »El libro de las aguas».Ahora tiene en cartel »Alacrán enamorado», en la que interpreta a un nazi con buen corazón y loco por el boxeo, y el viernes 26 de abril estrena además »Combustión», la última de Calparsoro junto a Alberto Ammann y Adriana Ugarte (su actual pareja).
Pero Álex González también ha hecho sus pinitos en Hollywood. Tuvo la gran oportunidad de trabajar al lado del malo malísimo Kevin Bacon en »X-Man: Primera generación» y ni él mismo se lo podía creer. «
Estaba estudiando inglés en Peyton en Inglaterra y mi repre me dijo que me volviera a Madrid para el casting. Yo le dije que para qué si ya habían hecho castings en otras ciudades de EEUU, en Londres… Al día siguiente me dijo que iban a estar en Londres y me animé a ir. Fui sin ninguna pretensión, me parecía imposible. A los diez días me llamaron para una conversación con el director y me dijeron que estaba dentro. Fue uno de los momentos más felices de mi carrera», recuerda González.Teinteresa.es ha charlado con Álex durante la presentación de »Combustión» y si algo podemos destacar de él es su absoluta amabilidad y educación. Fue el único que saludó a la prensa en el photocall, que agradeció a todos la presencia y regaló sonrisas en cada una de sus respuestas. Y sí, es tan guapo en persona (o más) como en la pantalla.
De niño bueno a tío duro en »Combustión»
Durante la película, Álex tuvo la oportunidad de conducir un Porche y dar clases de conducción extrema con las que se lo pasó bomba. «Fue muy divertido y además así nosotros podíamos estar más seguros a la hora de manejar el coche, hacer derrapes… Y sobre todo por el tema de las marcas, a veces es muy difícil llegar a la marca, la luz… En los rodajes es super complicado y mucho más cuando estás hablando de coches y vas a mucha velocidad. Nos sirvió muchísimo para la parte técnica y agilizar el rodaje. También te hace entender mejor a los personajes, lo que sienten ellos», nos explica Álex.
«Y claro, también tiene un lado lúdico fantástico y hemos disfrutado mucho durante las horas que estuvimos conduciendo. Hay una escena en la que Alberto me pide que acelere el coche para dejarle oír el motor y cuando lo hice realmente lo estaba sintiendo yo, no el personaje. Es como que te despierta una parte infantil, disfrutar como un niño de pisar el acelerador, es como esa simpleza que tenemos a veces los hombres y te lo pasas genial con esas tonterías (risas)».
Su personaje en »Combustión», Mikel cambia radicalmente su vida estable y aburrida y decide vivir al límite. Pero, ¿en qué momentos siente el actor esa adrenalina como la de subirse a un coche de carreras? «Para mí ese momento creo que es siempre el segundo antes de escuchar »acción» en un rodaje», nos dice.
¿Sientes entonces el riesgo?, le preguntamos. «Hay algo que se me ha despertado cuando has pronunciado esa palabra. Yo siento mucho el riesgo cada vez que abordo un trabajo nuevo, ese miedo de si saldrá bien, me volverán a llamar… luego ya te vas tranquilizando, pero al principio a mí de verdad que me pone al límite», confiesa.
En la peli comparte cartel con Alberto Ammann y Adriana Ugarte y la química entre los tres se nota y traspasa la pantalla. «Ha sido la primera vez que trabajamos juntos. Ha sido un triángulo, por lo de los lados perfectos. Creo que los tres somos en algún punto muy parecidos, en otros muy distintos y eso se ve en la película. Es como que lo hemos aplicado a los personajes y se nota en pantalla», explica el actor.
Como actor de moda en España, ¿siente Álex González la presión? «No. Como no tengo ninguna expectativa… Hago el esfuerzo de vivir el proceso y vivir siempre formándome y disfrutando y aprendiendo de todo lo que hago. Tengo que hacer el esfuerzo a veces de poner el ojo en el resultado. Por ejemplo, ahora estoy aquí sentado charlando contigo y disfruto de este momento. Eso de estar de moda es peligroso, aunque tampoco creo que yo esté tan de moda. Eso es muy volátil, algo efímero», concluye.