Cuando salió anunciado que se iba a llevar al cine la historia de Abraham Lincoln como cazador de vampiros, mucho fueron los que se entusiasmaron con la idea, otros se temieron lo peor. Finalmente parece que estos últimos son los que han acertado.
Teinteresa ha podido verla y te da 10 claves por la que la crítica la puede destrozar. ¡OJO! contiene SPOILERS.
1) Los vampiros ya no tienen miedo a la luz del sol
El mito de los vampiros es algo que nos ha acompañado desde tiempos inmemoriales. Bram Stoker escribió, quizás la mejor novela de vampiros de la historia, »Drácula». En esa historia, los vampiros, no podían ver el sol. Les quema, los mata, lo odian. Pero parece que en los tiempos que corren la moda hoy en día es sacar a los vampiros a plena luz. Así en »Abraham Lincoln: Cazador de Vampiros», los no muertos se pasean por las calles de los Estados Unidos a plena luz del día. El sol no los quema, no les hace nada. El mito del vampiro queda por los suelos.
2) Una persecución a caballo se convierte en una escena digna de la PlayStation
En un momento cumbre de la película, Lincoln se enfrenta por fin al vampiro que asesino a su madre. Abraham llevaba esperando este momento diez años y la escena no deja indiferente. Cuando Lincoln empieza a luchar contra el vampiro, este echa a correr hacía unas cuadras. Allí comienza una estampida de caballos. Durante la persecución el vampiro corre a pie, Abraham a caballo. Lincoln se cae, esquiva cinco caballos, el vampiro se le echa encima, cuando se libra de él este coge un caballo y se lo lanza a Abraham, se levanta, los dos se persiguen saltando de caballo en caballo. Finalmente caen por un precipicio. Al final el vampiro muere a manos de Abraham.
3) Vampiros con mil colmillos
Otro mito que la película tira por tierra es la de los colmillos de los vampiros. Todos conocemos que los vampiros tienen colmillos prominentes en su dentadura que usan para chupar la sangre de sus víctimas. Pero ahora, y por lo visto en la película, no solo tienen dos, sino que su dentadura se parece más a la de una piraña con mil dientes que a la de un humano con los colmillos salientes. Pero la incoherencia llega a la hora de descubrir que después de todos esos dientes…¡La víctima tiene sólo dos mordiscos!
4) El autor del libro es el mismo que el del guión
El guión de la película está escrito por Seth Grahame-Smith, el autor también del libro en el que está basada la película. El guión brilla por su ausencia. Durante toda la película pasamos de una escena a otra sin parar, teniendo más sentido el que la película son muchos clips de vídeo pero sin mucha estructura narrativa entre ellos. Este autor también escribió el guión de »Sombras tenebrosas» y tiene en proyecto la adaptación de su propia novela »Orgullo y prejuicio y zombis».
5) Miedo a un malo que se ve sólo 5 minutos
Cuando todos pensamos que el malo de la película es el vampiro que mató a la madre de Lincoln, el guión nos sorprende con un malo al cual sólo le vemos en pantalla cinco minutos. Supuestamente, Adán, es el vampiro más malo de todo Estados Unidos y está decidido a ganarle la guerra a Lincoln. Durante el clímax final (otro despropósito) el malo no hace nada. Y su enfrentamiento final contra Lincoln es de todo menos épico.
6) Lincoln, de novato a cazador, de cazador a presidente
El desarrollo de la evolución de la personalidad de Lincoln es algo muy difícil de explicar. Conocemos a Lincoln cuando es niño y su odio a los vampiros. Esta parte de la película dura muy poco y rápido nos encontramos a un Abraham dispuesto a matar al vampiro. Pero ese enfrentamiento resulta fatal para el protagonista. Gracias a ello conoce a Henry, el hombre que le enseña a ser una cazador de vampiros. Cuando todos piensan que la historia va a pegar un subidon, la decepción llega. Lincoln, sin comerlo ni beberlo, se encuentra metido en un miting donde hace defensa de los esclavos y su derecho a ser libres. Cuando la película toma este rumbo, el guión empieza a mezclar la carrera de Lincoln hacía la presidencia de Estados Unidos, con su faceta más sanguinaria como cazador.
7) Las estacas y los ajos son del siglo pasado, ¡Qué vivan las hachas!
La película descubre una nueva forma de matar vampiros….a hachazo limpio. Desde que el mito del vampiro salió a la luz, las formas descritas para matarlo han sido desde la estaca en el corazón, la luz del sol (cosa que aquí no tiene validez) y la plata. La única que mantiene fiel la película es la de la plata. Lincoln se abre paso entre vampiros a hachazo limpio, eso sí, con el filo recubierto de plata.
8) Una historia de amor forzada
“Nunca tengas amigos, nunca tengas familia”, ese es el consejo que le da Henry a Lincoln antes de embarcarse por su cuenta en la busqueda de los vampiros. Lincoln la lleva a cabo durante dos minutos. Después conoce a una chica de la cual se enamora en otros cinco y la rechaza (para preservar la promesa) en dos minutos más. Pero finalmente, y tras enterarse de que su maestro era un vampiro, la pide matrimonio. Una historia cogida con pinzas que no llega a calar tanto como gustaría.
9) El clímax final más predecible de la historia
Cuando la historia va a trompicones en su 90%, el clímax final se convierte en decepción. El final se desarrolla en un tren. Lincoln tiene toda la plata del estado y la transporta al frente de la guerra. Los vampiros saben esto y atacan el tren. Desde ese momento…el final se vuelve loco. Cabezas volando, luchando contra ellos encima del tren, un puente hecho con madera se quema y el tren sigue su curso como si tal cosa. Cuando ya piensas que nada más puede sorprenderte, el guionista consigue que la locomotora siga subiendo en vertical los raíles, Henry (el vampiro maestro de Lincoln) imita la famosa escena de »Superman» donde el héroe se coloca como parte de la vía para que el tren pase. Una auténtica locura
.10) La crítica americana la trata peor que Lincoln a los vampiros
La película lleva estrenada en EE.UU desde el 22 de junio. Desde su estreno la crítica se ha cebado con ella: «No dejes que la gente estúpida te disuada de ver »Abraham Lincoln: Vampire Hunter». Deja que lo hagan la estúpida trama, las estúpidas escenas de acción, la estúpida trivialización de la esclavitud…”, es lo que dice Richard Roeper de Ebert & Roeper. Pero sin duda, es la revista Rolling Stone quién con ocho palabras lo dice todo: «La película merece una estaca en el corazón”.