La falta de ejercicio tiene graves consecuencias nutricionales en la salud, explica Rosa María Ortega. La obesidad, provocada en parte por la falta de ejercicio, «tiene efectos muy negativos, propicia la aparición de enfermedades degenerativas, en las articulaciones, problemas cardiovasculares, diabetes…». No sólo es un problema para la salud de los individuos, también lo es para el conjunto del servicio sanitario, «es un problema en aumento y vivimos cada vez más años, pero cada vez más gordos«.
La causa, explica, es la gran disponibilidad de alimentos, «hace unos cuandos años lo bueno era estar gordo«, cuenta Ortega, por la falta de alimentos disponibles, «ahora lo difícil es estar delgado». Y no sólo es la comida: nuestra vida es más cómoda y eso se nota en nuestras cinturas: en el trabajo pasamos más horas sentados, vamos a trabajar en coche y hemos facilitado nuestras tareas domésticas, que ahora suponen menos esfuerzo. «Es un círculo vicioso», cuenta Ortega, «el cuerpo no está adaptado a esta comodidad».
Una comodidad que, recalca Ortega, no es mala de por si, pero que hay que afrontar con disciplina, «en la oficina si uno pasa muchas horas sentado quizá no se pueda cambiar de hábitos, pero lo que hay que hacer es subir escaleras, maximizar la actividad física en el tiempo libre», una de las lacras entre los españoles: un 42% de los adultos de nuestro país asegura no hacer nunca ejercicio. «Hay que cambiar el chip, no hacer las cosas con el mínimo esfuerzo», explica Ortega.
En los niños, la inactividad física también es un problema, cuenta Ortega, y aquí la labor tiene que ser llevada a cabo por los padres, que deberían inculcar unos mejores estilos de vida en sus hijos. «Es antinatural», explica, «nuestro cuerpo no está adaptado a una vida tan cómoda». «Ahora, en vez de jugar, se pasan el día mirando el teléfono, con el whatsapp, los juegos», cuenta. «Si no hacemos algo vamos a tener un problema», aclara.
«Hay que saber elegir en favor de nuestra salud», explica Ortega, «imponer disciplina». No renunciar a las comodidades de la tecnología, pero sí intentar hacer el esfuerzo «el ejercicio que no hacíamos antes tenemos que buscarlo en nuestras horas libres».