Cada minuto, un niño africano muere debido a la malaria. El paludismo afecta a más de 200 millones de personas al año en todo el mundo, mata a cerca de 700.000 y tiene una incidencia devastadora en África, donde se concentran más del 90% de los casos de esta enfermedad. Pese a todo, la comunidad científica sigue creyendo que este virus provocado por la picadura de los parásitos Plasmodium tiene cura, pero encontrarla requiere de financiación.
Un equipo de investigadores de la Clínica Universidad de Navarra, en Pamplona, podría tener una potente receta para acabar con la enfermedad. Liderados por el veterano doctor José Luis del Pozo, el joven Carlos Chaccour y su equipo de colaboradores buscan desarrollar un implante subcutáneo que se ‘vengue’ de los mosquitos a través de un potente veneno que los mataría en el momento de la picadura. Pero la ciencia también ha sufrido los recortes y necesitan financiación.
Con el objetivo de recaudar fondos para terminar la fase de estudio preclínico, los integrantes del grupo se han lanzado a la red para solicitar los fondos necesarios mediante una campaña que pretende ser viral. El proyecto de ‘crowfunding’ ‘Malaria Mission’ salió a la luz el pasado 25 de abril con ocasión del Día Mundial contra la Malaria. Su objetivo es conseguir 350.000 dólares para poder continuar con la investigación.
El ‘arma’ con la que estos científicos quieren batallar es la ivermectina, un fármaco que se ha utilizado durante un cuarto de siglo en África para combatir la ceguera de los ríos y que recientemente mostró tener un gran potencial para luchar contra las picaduras de distintos parásitos.
El propio Chaccour organizó en Londres uno de los primeros estudios con este medicamento para matar a los mosquitos responsables del paludismo. Los resultados fueron alentadores: los parásitos morían al ingerirlo, lo que le animó a crear un mecanismo para acabar con ellos en los espacios abiertos.
La idea del equipo de la CUN consistiría en crear un cilindro de silicona que se insertaría bajo la piel con una aguja de gran calibre. La ivermectina que contendría el implante, elaborado en California (EEUU), no sólo mataría a los parásitos transmisores de la malaria, sino que también funcionaría como un excelente mecanismo para prevenir la extensión de la enfermedad en familias enteras y grandes grupos de población.
Por el momento, ‘Malaria Mission’ ha recaudado poco más de 1.500 dólares. Los creadores del proyecto insisten en que el tiempo se acaba para desarrollar nuevos fármacos que paren la extensión del paludismo, ya que muchas de las drogas utilizadas para combatir la enfermedad han creado inmunidad en los parásitos, en especial en la región asiática de Camboya.
Ahora quieren darle una vuelta de tuerca a la investigación de la malaria atacando a la fuente de la dolencia. Su arma será un fármaco barato, seguro y sin apenas efectos secundarios. Si te interesa contribuir, puedes echar un vistazo al proyecto de ‘Malaria Mission’ en Indiegogo aquí.