El trozo de roca encontrado pesa 570 kilogramos, mide 1,5 metros de largo, según informa la BBC. Tras extraerlo del fondo del lago, los buzos cubrieron el meteorito con una cubierta especial para evitar mayores daños de los que puede haber sufrido en este tiempo.
De hecho, su extracción no fue fácil, ya que la roca se rompió en tres piezas de gran tamaño durante el proceso y algunas cuerdas y palancas, que se utilizaron para la maniobra, no resistieron.
El director de gestión de proyectos de Innovación del centro universitario, Andrei Kocherov, ha explicado que las características externas del fragmento de roca se corresponden con las de un meteorito. Sin embargo ha apuntado que la roca será llevada ahora al laboratorio para confirmar su procedencia. En este sentido, los investigadores han advertido que «aún se necesita mucho tiempo» antes de comprobar que esa roca procede del espacio.