La mayoría de las personas viven ajenas a los fenómenos espaciales y a su clima. Pero un »ataque meteorológico espacial» puede causar daños de miles de millones de euros se es extremo.
Este martes se inauguraba el Servicio Nacional de Meteorología Espacial en España, un organismo que, según los expertos, era necesario en este país para la investigación de la actividad solar y sus consecuencias en nuestro planeta. El proyecto se une así a otros proyectos de las mismas características iniciados en Bélgica o en Reino Unido.
Teinteresa.es ha hablado con la investigadora principal de este organismo y científica de la Universidad de Alcalá, Consuelo Cid, que explica algunas de las claves de las misteriosas tormentas y llamaradas solares, muy temidas si consiguen alcanzar la Tierra.
A día de hoy y con los aparatos tecnológicos que hay al alcance, si una tormenta o llamarada solar se dirigiera directamente a España se podría detectar con “unos 30 minutos de antelación. Todavía queda mucho por trabajar y estudiar para ampliar ese margen”.
La antelación permitiría la preparación del Estado ante las consecuencias que tendría ente impacto “brutal de energía”. Aunque no se conseguiría evitar todos sus efectos, como los cortes de luz o el apagón de las comunicaciones, serviría para alertar a la población y poner en marcha un protocolo de actuación, todavía inexistente en España.
¿Qué es una tormenta solar?
Pero, ¿qué es una tormenta solar? El sol está en actividad continua, unas veces más alta y otras más baja en ciclos de 11 años. Cid destaca que “es una explosión en la que se produce un destello y una emisión de masa coronal de radiaciones”.
Los estallidos más extremos son los que pueden llegar a afectar a los sistemas de comunicaciones y a las redes eléctricas si impactan en la atmósfera, aunque las radiaciones más nocivas no pueden traspasarla. “Primero llegan los rayos X y la radiación ultravioleta extrema a la velocidad de la luz producidos por el destello, ionizando las capas superiores de nuestra atmósfera”, señala la investigadora.
Luego vienen las CMEs (eyección de masa coronal) y conocido popularmente como la tormenta solar en la Tierra, nubes de mil millones de toneladas de plasma magnetizado que tardan un día o más en cruzar la distancia del Sol a la Tierra. Los analistas creen que el impacto directo de una CME extremo como la que se ‘coló’ la Tierra en 1859, podría provocar apagones generalizados, desactivando todo lo que se conecta a un enchufe de pared.
Existen cinco niveles de intensidad
Las llamaradas solares pueden ser de diversa intensidad. Las de clase X son las más potentes mientras que las A y las B son inofensivas.
Explosiones de clase X: son las explosiones más fuertes y pueden causar pérdidas de radio en todo el planeta, tormentas de radiación de larga duración y efectos nocivos en los seres humanos, animales, clima, comunicaciones, satélites, suministro de energía eléctrica, etc.
Explosiones de clase M: son de importancia media y pueden causar pérdidas temporales de radio, sobre todo en las regiones polares. En ocasiones, son sucedidas por tormentas de radiación menor. También son factibles de producir los efectos mencionados en las de clase X.
Explosiones de clase C: son pequeñas y apenas tienen consecuencias para la Tierra.
La experta de SeNMEs señala que al día se pueden producir varias explosiones de baja intensidad y muy pocas afectan a nuestro planeta.