En 1951, la expedición al Everest comandada por Eric Shipton regresó con un hallazgo espectacular y también inquietante: unas fotografías hechas en la nieve de huellas gigantes, que dieron paso a todo tipo de especulaciones sobre la existencia de seres gigantes desconocidos para la ciencia, «criaturas de gran tamaño». Desde entonces, se suceden los testimonios de avistamientos de criaturas de este tipo.
Ahora, un equipo de científicos compuesto por investigadores de la Universidad de Oxford y del Museo Zoológico de Lausana, en Suiza, trabajarán en la utilización de las últimas técnicas en investigación genética para analizar restos que se suponen pertenecientes al Yeti y a otras especies »perdidas» de homínidos.
Para ello, han hecho un llamamiento a todas aquellas personas e instituciones que tengan material criptozoológico (la criptozoología es la búsqueda de animales cuya existencia no está probada) que lo remitan a los investigadores para su análisis genético riguroso.
Yeti o Migoi en el Himalaya, Bigfoot o Sasquatch en Estados Unidos, Almasty en las montañas de Cáucaso, Orangután Pendek en Sumatra… Se trata de seguir la pista a unos seres con nombres diferentes pero una misma esencia: son extraordinariamente grandes, y nadie sabe a ciencia cierta que existan.