La Conselleria de Agricultura, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Natural ha recordado en un comunicado que el uso de estas trampas no selectivas puede acarrear condenas de hasta dos años de cárcel y el cierre temporal de la zona de caza.
Las trampas, principalmente lazos metálicos, estaban situadas en puntos estratégicos de la zona para matar a los depredadores de las especies cinegéticas de la reserva –conejos, liebres y perdices–, y los agentes han descubierto animales muertos como zorros, tejones y perros.
Los agentes ya habían descubierto en el mismo área de caza diversas trampas ilegales en 2008, lo que ocasionó entonces la imposición de una sanción económica de más de 2.000 euros al responsables de la gestión del coto.
La Generalitat puede autorizar excepcionalmente la utilización de métodos selectivos de caza para realizar un control legal de depredadores, siempre que sea por un periodo concreto de tiempo y en zonas donde se haya constatado que se producen daños.