En la clausura de la cena anual de la delegación catalana del Instituto Español de Analistas Financieros (Ieaf), ha alertado de que si estos préstamos computan como déficit y no se flexibilizan los límites, «hay una contradicción» que ha esperado que se aclare.
«Si no se aclara, o el plan no funcionará o servirá para mejorar las infraestructuras de Dinamarca y Alemania, pero no del sur», pese a que puedan ser una inversión muy productiva, ha lamentado.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, anunció su plan de 300.000 millones de euros durante su discurso de investidura ante la Eurocámara el pasado julio para ganarse el apoyo de los socialistas y ha decidido acelerarlo ante el empeoramiento de la situación económica de la Eurozona.
El dinero se destinará a proyectos de interés europeo en ámbitos como el transporte, la energía o la economía digital. Para identificarlos, ya se ha creado un grupo de trabajo donde están representadas las capitales.
En cuanto a la financiación de este plan, el presidente de la Comisión ha dejado claro que no debe generar más déficit y deuda en los Estados miembros, por lo que la mayor parte del dinero tendrá que venir del sector privado; también se ha confirmado que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) participará y que el presupuesto comunitario podría utilizarse como aval.