Coorganizada con el Colegio de Arquitectos de Catalunya (COAC), la exposición analiza la repercusión que tuvieron las actividades del Grupo R, creado en 1951 siguiendo la estela de las referencias racionalistas del grupo internacional Gatcpac, en la consolidación de la modernidad después de la Guerra Civil.
«Es una muestra para fomentar un conocimiento del patrimonio arquitectonico que las grandes figuras del modernismo, como Gaudí y Jujol, no nos han dejado llegar a apreciar», ha reivindicado Marí, haciendo alusión a los miembros del Grupo R, que en un primer momento integraban Antoni de Moragas, Josep Maria Sostres, Oriol Bohigas, Josep Maria Martorell y Joaquim Gili, con José Antonio Coderch.
A través de caminos distintos, los miembros del grupo se desmarcaron de los cánones imperantes en el resto de España en esa época, inspirada por el clasicismo de la arquitectura fascista alemana y también por la arquitectura popular.
Más adelante, también formaron parte del grupo Manuel Ribas, Josep Antoni Balcells, Francesc Bassó, Guillermo Giráldez, Pau Monguió y Francesc Vayreda, así como Ricard Giralt Miracle y Joan-Josep Tharrats para el área gráfica y Francesc Català-Roca para la fotografía.
«Nos interesaba poder leer cuáles son los momentos, las acciones, individuos e ideas que ayudaron a consolidar la estética moderna», ha reivindicado Marí, convencido de que éstas han ejercido un papel muy importante para leer el presente.
Según el director, el objetivo es «aumentar el foco y acercarlo a una entidad y un momento histórico de renovación estética de ideas» , ha remarcado Marí, que ha constatado que la práctica del arte es inseparable de la arquitectura y el diseño, así como el ámbito de la poesía experimental.
«Nuestra modernidad ha sido tardía y heterodoxa», ha dicho, y ha añadido que cuando se consolidan estas ideas ya no tienen el estado original, y los matices e ideas acaban por separar el impulso colectivo del grupo.
Los miembros del Grupo R se reunían para discutir temas culturales, comentaban proyectos y organizaban exposiciones y concursos, situándose en los órganos de opinión de la arquitectura catalana, el diseño y la cultura, especialmente, a través de la revista »Cuadernos de Arquitectura».
PÉRDIDA DE IMPULSO EN LOS 70
A primeros de los 70, el Grupo R fue perdiendo impulso y las discrepancias entre sus miembros sobre el camino a seguir se hicieron cada vez más evidentes, en consonancia con el debate a escala europea.
Pese a todo, gran parte de los objetivos iniciales ya se habían alcanzado, y ahora la exposición pone de manifiesto cómo el grupo creó un tejido de influencias que acabó por configurar el estilo moderno en las distintas disciplinas artísticas de la época, a través del uso de los medios de comunicación, las revistas, los premios y la ocupación de los centros de opinión.