En la entrega del premio este martes –dotado con 15.000 euros y una estilográfica edición limitada Luciano Pavarotti–, Ferrer-Salat ha ensalzado la labor de mecenazgo de Montblanc y su apoyo a la cultura «extraordinariamente importante».
El galardonado, cuya fundación es Premio Reina Sofía, no ha desaprovechado la ocasión para destacar la importancia de la música para los seres humanos, como su capacidad activadora de todas las áreas de la mente y la consecuente segregación de dopaminas.
«Es el pilar sobre el que se sustenta la civilización», ha defendido el premiado, que ha lamentado la escasa sensibilidad que hay en España ante el mecenazgo cultural.
Aunque ha citado los pocos estímulos fiscales del mecenazgo en España, también ha considerado que hay una «falta de sensibilidad cultural», unida a un IVA elevado y a una ley educativa –la Lomce– desastrosa que deja a la literatura en situación dramática y a la música como optativa.
«Los efectos sobre el futuro son serios y dramáticos», ha pronosticado el ganador, que ha interpretado el galardón como un estímulo y motivación para seguir trabajando por la cultura y la música, especialmente en entornos de marginación social.
La marimba es uno de los instrumentos de percusión con presencia más relevante tanto en la música folklórica –sobre todo, en América Latina–, como en la música de vanguardia y el jazz.
El presidente de la Fundación Montblanc, Lutz Betghe, ha aplaudido la trayectoria de Ferrer-Salat y ha dicho que su labor de mecenazgo sirve para apoyar la cultura y que «quizás algún día alguien diga que fue inspirado por Sergi».
Por su parte, el director general de Montblanc Iberia, Francesc Carmona, ha recordado que el galardón se entrega a mecenas de 11 países.