El presidente de la Plataforma per la Família Catalunya-ONU, Daniel Arasa, ha advertido de que la falta de natalidad actual es «una bomba de relojería» que a medio plazo provoca deflación, consecuencia del envejecimiento de la población, y ha apuntado que la tasa de natalidad actual es de 1,34 hijos, menos de dos tercios del 2,1 de la tasa de reposición, que permite sustituir a los padres.
En rueda de prensa este martes, Arasa ha recogido las inquietudes discutidas por cinco expertos en demografía en la mesa »El futur demogràfic de Catalunya: ¿què ens espera i com afrontar-ho?», celebrada en el Palau Macaya de Barcelona, en la que también han hablado representantes de la sociedad civil.
«Las políticas familiares no pueden ser solo políticas de pobreza, sino que tienen que afectar a todo el mundo», ha valorado Arasa, que ha señalado la necesidad de que estas políticas sean transversales, a dos o tres décadas vista, y no a corto plazo y sobre ámbitos puntuales como ocurre ahora, ya que se trata de políticas que beneficiarían al conjunto de la sociedad.
Los demógrafos han afirmado que existe una relación entre natalidad y productividad, por lo que es necesario disminuir el actual efecto de que tener hijos signifique menos progreso laboral, y han aportado el dato de que solo el 12% de las grandes empresas son flexibles y permiten conciliación familiar.
También han destacado la necesidad de adelantar la edad en la que las mujeres tienen el primer hijo, ahora de 33 años de media, lo que crea que en muchos casos de más edad no se produzca el segundo hijo, y han asegurado que existe una fecundidad deseada insatisfecha, sobretodo de mujeres que retrasan el primer hijo o renuncian por condicionamientos como los estudios y la vivienda.
IMMIGRACIÓN NECESARIA
«Sin inmigración la caída demográfica habría sido tremenda», ya que de no ser por la inmigración la cifra de catalanes habría caído de los seis millones de 1980 a tres millones en 2080, ha valorado el profesor de Sociología de la universidad Abat Oliba CEU Javier Barraycoa, que ha añadido que la tendencia es similar en toda Europa, donde se necesita inmigración para mantener el Estado del Bienestar.
La fertilidad se ha recuperado en el caso de los países del norte de Europa, que a pesar de no llegar a la tasa de reposición, sitúan su tasa entre el 1,7 y el 1,8 gracias a su «gran Estado del Bienestar», con grandes ayudas a familias, largas bajas de maternidad y paternidad y diferentes subvenciones, ha explicado Arasa.
REVOLUCIÓN DEL MODELO SOCIAL
Los expertos han propuesto una «revolución del modelo social», que pasa por redimensionar el Estado del Bienestar y replantear aspectos como la atención a la vejez, para cambiar los esquemas de base y adaptar las políticas a la realidad actual.
«Hacen falta políticos generosos que piensen más allá de los cuatro años de legislatura», ha advertido el analista del Institut d»Estudis Superiors de la Família de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC) Pau Serra –que participa en el proyecto de la UE »Families and Societes»–, que también ha opinado que hay un divorcio entre la política y la demografía, a la que no se dedican suficientes estudios.
En la mesa también ha intervenido la directora del Observatori de Polítiques Familiars Consuelo León, la investigadora del Centre d»Anàlisi Econòmica i de les Polítiques Socials de la Universitat de Barcelona (UB) Concepció Patxot y el representante de la Fundació pel Desenvolupament Humà i Social Josep Miró.
Sobre el paro, han avanzado que dentro de unos años se jubilará la generación del »baby boom», que ahora tiene entre 40 y 50, y a pesar de que generará más gastos en jubilación y sanidad, también dejará más puestos de trabajo disponibles.
Sobre los nuevos modelos familiares, Arasa ha admitido que los matrimonios o parejas estables son los que tienen más hijos, y que el modelo de familia monoparental lleva a un empobrecimiento de la mujer, que suele ser la que se queda con los hijos.