Garrofé participó el pasado jueves en la Comisión de Asuntos Institucionales en la Cámara catalana sobre este proyecto de ley, y ha defendido que se trata de un proyecto importante con un gran impacto económico y social, «cuyo éxito depende en gran medida de la confianza», que desde el mundo empresarial es una normativa muy esperada.
Asimismo, ha elogiado esta medida porque simplifica procedimientos, comparte conocimientos y armoniza fiscalidades, ya que en la misma región metropolitana de Barcelona había diferencias fiscales «de cerca del 300% en el IBI o del 100% en el IAE».
Esta nueva ley, a su entender, beneficiará a Catalunya como un entorno idóneo para hacer negocios a nivel global, pero tiene que contar con el máximo de adhesiones posibles.
Sin embargo, ha admitido que requerirá de «cambios profundos» tanto culturales como de la clase política y del funcionariado.