«El traslado refleja la voluntad de adoptar medidas de austeridad, optimizar al máximo los recursos disponibles y los espacios vacíos, mejorando así la situación financiera de nuestra administración», ha señalado Cleries.
El nuevo edificio, valorado en 65 millones de euros, es propiedad de la Generalitat desde 2006, por lo que la Conselleria se ahorrará los 5 millones de euros correspondientes al alquiler anual que suponía mantener la sede en el lugar actual.
«Después de comprobar que el edificio cumple los requisitos exigibles para acoger con comodidad a los 700 trabajadores, el traslado es una decisión lógica», ha añadido Cleries.
El edificio de oficinas que acogerá la nueva sede de la Conselleria, que consta de 10.200 metros cuadrados útiles, nunca ha sido ocupado desde su construcción en 2004, por lo que el departamento se encargará de estrenarlo.