El principal objetivo de esta actuación es dar continuidad a la primera fase de la reforma, ya ejecutada, y dinamizar el paseo, una de las vías más emblemáticas de la capital catalana.
El concejal del distrito del Eixample, Gerard Ardanuy, ha asegurado que, una vez completado, este segundo tramo de las obras, este espacio «podrá convertirse en un verdadero eje cívico y central de la ciudad».
Ha explicado que el distrito hará un trabajo personalizado con los comerciantes de la zona de manera que en las lonas de cierre del perímetro se recoja el nombre de los comercios para «darles apoyo y visibilidad».
Estas nuevas actuaciones alcanzan una superficie de 34.527 metros cuadrados, cuentan con un presupuesto de 7,5 millones de euros y tienen un plazo de ejecución de unos 12 meses para hacer del paseo un «nuevo corredor urbano de carácter verde».
El paseo de Sant Joan tiene una ancho de 50 metros y la nueva concepción de la vía contempla la transformación del espacio en un boulevard con aceras de 17 metros –actualmente son de 12,5–, que incorporará diversos espacios.
El proyecto también incluye la reducción del ancho de la calzada para pacificarla –tendrá 16,5 metros con un carril-bus y otro de circulación en cada sentido–.
Estas obras se llevarán a cabo en cuatro fases e incluirán el derribo de los pavimentos de la zona; la ejecución de nuevas calzadas y pavimentaciones; la adaptación de la red de alcantarillado, nueva iluminación, arbolado y red de riego asociada con la instalación de mobiliario urbano, juegos infantiles y paradas de autobús.