El sargento Enrique Ferrera, cuarto ocupante del helicóptero siniestrado esta mañana y que logró salvar su vida al encontrarse en tierra procediendo a las labores de rescate del montañero evitó que el aparato arrastrase al herido al tirar de su camilla al notar que pasaba algo raro, ha señalado hoy el ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, tras visitar a los compañeros de los fallecidos en la Comandancia de la Guardia Civil de León y sede del Greim.
Por ese comportamiento, el sargento del Greim recibirá mañana la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo rojo y la Cruz de Oro de Protección Civil, que recibirán a título póstumo sus tres compañeros fallecidos.
El sargento ha recibido esta tarde la llamada del rey Felipe VI, quien le ha expresado sus condoencias por la muerte de sus tres compañeros, al tiempo que ha destacado la labor de los cuartro guardias civiles.
Según el testimonio del sargento, las condiciones meteorológicas a la hora del accidente en la zona del pico de La Polinosa, en el macizo de Mompodre, en Maraña (León) eran «normales»
Fernández Díaz ha destacado además que tanto el capitán del servicio aéreo Emilio Pérez Peláez, como el teniente Marcos Antonio Benito y el guardia civil especialista en montaña José Martínez Conejo, eran «de los que más experiencia tenían» dentro del Greim, con «miles de horas de vuelo y de servicio» y con un trabajo marcado por su «gran profesionalidad» y su especialización en rescates de montaña.
Por ello, ha hablado de un «triste accidente con trágico desenlace« en una unidad que «hacía muchos años» que no vivía una situación trágica como ésta.
En todo caso, ha matizado que se ha abierto una investigación judicial, al margen de investigaciones de carácter técnico por parte del Servicio Aéreo y de la Guardia Civil, por lo que algunos de los detalles del accidente se encuentran «bajo secreto sumarial».
No obstante, ha matizado que la acción que llevaban a cabo los fallecidos para rescatar a un montañista lesionado forma parte de un ejercicio «tan arriesgado como el rescate de montaña» que, como ha recordado, es «uno de los muchos que desarrolla la Benemérita a lo largo y ancho de España, en la mar, en la montaña, las carreteras, en las calles y en los pueblos».
La capilla ardiente que se instala en la propia sede de la Comandancia del Instituto Armado en León no se abrirá «hasta que los procedimientos estén cumplidos», ha dicho el ministro, ya que algunas de las familias de los fallecidos aún no habían llegado a la capital leonesa.
Fernández Díaz ha aprovechado para agradecer la colaboración de todas las instituciones y servicios que han participado en el operativo de rescate de la aeronave y de los cuerpos de los fallecidos.