Según los datos facilitados por Interior, cada una de las 17 catas y prospecciones realizadas, se estima pudieran haber dejado al descubierto entre 4 y 6 metros cúbicos de terreno por el que se extiende la calzada romana.
El Equipo de Investigación del Seprona investigaba la realización de 17 catas y prospecciones que se llevaron a cabo entre los años 2008 a 2011 y que dejaron unos socavones en las vías que no fueron tapados, lo que afecta a la conservación del patrimonio, y a las estructura del trazado al quedar a la intemperie, ya que se han visto afectadas por la erosión y las inclemencias meteorológicas.
Durante el año 2007, en virtud de un convenio de colaboración entre la Junta y la Universidad de Burgos se encargaba a una empresa entendida en la materia el estudio de las vías romanas de la provincia, con la obligación de tapar las catas al objeto de restablecerlas a su estado original.
A pesar de que se recordó a la empresa su obligación para que retornara los huecos dejados durante el estudio a su estado inicial, se siguió obviando la referida obligación, por lo que, como resultado de la investigación, se ha detenido al encargado de la empresa que realizó los trabajos.