El pasado día 6 se había recibido en Comisaría una denuncia por uso fraudulento de tarjeta de crédito, en la que la víctima aseguraba que había extraviado la tarjeta, con la que alguien había realizado dos extracciones en cajero automático por valor de 1.000 euros.
Al día siguiente, un amigo de la víctima le había devuelto la tarjeta, y había explicado que la había encontrado en su casa, en la que había estado la víctima.
La investigación ha permitido determinar que otro amigo también estuvo ese día en el domicilio donde se «extravió la tarjeta», y, tras utilizarla en dos ocasiones, la volvió a dejar en del piso.