La unión de ambas instituciones constituye una alianza estratégica para el sector del Patrimonio, liderada desde Castilla y León y se espera cerrar el proceso de fusión, actualmente en trámite ante los Protectorados competentes, antes de fin de año, según han informado sus promotores.
La nueva Fundación trabajará en la conservación, restauración, promoción y difusión de los bienes integrantes del patrimonio cultural, natural y social, al tiempo que prestará «una especial dedicación» al arte románico, así como a los demás bienes patrimoniales de Castilla y León.
El trabajo conjunto pretende «facilitar» la consolidación de los proyectos existentes actualmente en ambas Fundaciones, así como la puesta en marcha de nuevas iniciativas que apuesten «por incorporar la innovación al sector del patrimonio».
El desarrollo de programas de formación y empleo o la prestación de servicios que favorezcan la integración de los diferentes colectivos que conforman la comunidad son otros de los fines que recogen los estatutos de la nueva Fundación.