A preguntas de los medios sobre los efectos que para Toledo puede tener esta liberalización de horarios, García-Page ha asegurado estar «preocupado» y ha señalado que esta decisión «no puede dejar impasibles» ni a esta provincia ni a «buena parte del entorno periférico de Madrid», que también se verán afectados.
El alcalde ha recordado, durante su visita a las obras de la muralla de la ciudad, que cuando se inauguró el Parque Comercial La Abadía advirtió de que «tarde o temprano» se tendría que abordar este debate, «no por capricho, no porque quisiéramos, sino porque realmente no podemos mirar para otro lado» ya que, según ha señalado, en Madrid está «el principal mercado pero también el principal competidor».
García-Page ha afirmado que no tiene «una opinión preconcebida de hacia dónde tenemos que ir» pero sí que la Comunidad Autónoma «tiene que reflexionar sobre esta iniciativa», y ha indicado que «fenómenos puntuales que tenemos que se producen, por ejemplo, cuando hay rebajas, se puede producir ahora a lo largo de todo el año».
También ha aclarado que «si Esperanza Aguirre no se hubiera planteado esto, no hubiera planteado una liberalización absoluta de los horarios comerciales, seguramente nosotros no tendríamos una apremiante necesidad de planteárnoslo», pero ha añadido que en este momento «hay que ser conscientes de que estamos en un mundo abierto de plena competencia».
Por último, ha asegurado que está dispuesto a sentarse a discutir «con quien sea necesario, con los empresarios, con los comerciantes, por supuesto con el Gobierno de la Comunidad Autónoma», para expresar su preocupación y ha afirmado que «entre todos tenemos que analizar muy de cerca lo que está pasando y por tanto, reaccionar en consecuencia».