Los trabajadores han recibido como «un jarro de agua fría» la decisión de la dirección de Haulotte de cerrar la fábrica de Cantabria, en una estrategia que creen que persigue llevarse la producción a otra planta distinta, e incluso a una nueva.
En un comunicado, el Comité de Empresa ha explicado que, «tras varios años con problemas y tres ERE»s consecutivos», pensaba que el «repunte» de las ventas se iba a «aliviar» la situación de la planta tras los «duros sacrificios» que asumió la plantilla (72 trabajadores).
Sin embargo, critican, «la estrategia del grupo fue lanzarse de nuevo a la producción sin una cartera de clientes –hecho que el Comité cuestionó durante los últimos meses–«.
La ampliación de la plantilla con un expediente de regulación en curso, el aumento de la producción y unas «erróneas» previsiones de mercado «han llevado a la situación en que el sacrificio que hemos hecho los trabajadores durante estos años para liberar el stock han tenido la consecuencia de que este se haya vuelto a regenerar en cuestión de meses».
El Comité con el apoyo de la plantilla manifiesta su «total disconformidad» con esta «drástica decisión». «Estamos convencidos de que la estrategia del grupo es llevarse la línea de trabajo a otra planta del grupo e incluso a una nueva, situación que no ha sido ni negada ni confirmada por la dirección de la empresa!
La plantilla avanza que iniciará movilizaciones «de manera inmediata» contra esta medida.