Con la creación de este equipo, el Gobierno da «un paso más» en la mejora de la atención educativa al alumnado escolarizado en las enseñanzas no universitarias, ha destacado el Ejecutivo.
En este caso, se trata de un paso «hacia la inclusión del alumnado que presenta problemas de comportamiento» relacionados con dificultades de regulación interna que se manifiestan a través de la conducta.
Además, se avanza hacia «la especialización y profesionalización del colectivo docente y a la mejora constante de la enseñanza en la comunidad.
Según informó el Gobierno en un comunicado, la puesta en funcionamiento del equipo específico surge tras el estudio empírico realizado por la Administración educativa sobre la realidad de las aulas, que revela la existencia de un perfil de alumnos con conductas que afectan a su relación con el entorno e interfieren negativamente en su desarrollo.
Estas conductas requieren especial atención al estar directamente relacionadas con el fracaso escolar y las dificultades de integración en el ámbito educativo y social.
Igualmente, los centros escolares manifiestan necesidades relacionadas con la formación y los recursos para garantizar una intervención educativa de calidad.
De esta forma, el equipo tendrá dos líneas prioritarias de actuación: por un lado, el asesoramiento y la formación a la comunidad educativa en general y a los especialistas de la orientación educativa, y, por otro, la intervención directa con el alumnado que por sus circunstancias requiera durante un tiempo de su escolaridad una intervención más especializada y específica en aras a favorecer su desarrollo personal, social y escolar.