Tanto Motivi como sus compañeras aseguraron sentirse «muy orgullosas» de que sus trabajos, sus »soles», sean conocidos por los visitantes del MAIT y que, al mismo tiempo, desde el Museo haya partido para Croacia una pequeña muestra de los trabajos que se siguen elaborando en la Isla, junto con un »piqué» que lleva una roseta en proceso de elaboración.
El vicepresidente económico, Efraín Medina, explicó en una nota que en la región de Sikirevci, al este de Eslavonia, las rosetas se trabajan desde 1920 y que esta zona junto con la isla de Hvar, son las pioneras en su elaboración.
«Allí, por su forma, son conocidas como encajes de sol y se han utilizado ampliamente para decorar la vestimenta de los trajes tradicionales tanto del hombre como de la mujer, así como para embellecer las cubiertas de cama, manteles, paños, fundas de almohadas y toallas, labor que ha estado y sigue estando vigente, en las manos de las mujeres del lugar, sobre todo del medio rural», contó.
Medina quiso recordar que las rosetas son una de las labores de aguja más representativas de Canarias con especial desarrollo en Tenerife y Lanzarote. Descendientes directas de los trabajos de deshilado –calados– y que representan la única aportación genuinamente española a la amplia variedad de encajes realizados en occidente.
Los trabajos con rosetas perviven en Tenerife de forma residual en Arona y vilaflor. Las emigrantes canarias las llevaron a muchos países de América, Asia y Europa donde se siguen ejecutando y reciben diferentes nombres.