El servicio se inició después de que un ciudadano diera el aviso a una dotación policial que se encontraba patrullando por los alrededores. Este testigo relató que había visto a un aparcacoches intentando romper la luna de un vehículo que se encontraba estacionado. Con esos datos y la descripción de este individuo, los agentes se acercaron al lugar y sorprendieron al detenido sacando diversos objetos del coche después de haber roto con una piedra envuelta en un calcetín una de las ventanas del vehículo.
Se dio la circunstancia de que este hombre presentaba diversos cortes de los que manaba sangre, por lo que fue trasladado a un centro de salud.
De la entrevista con el detenido se concluyó que él había sido el autor de la rotura del cristal, justificando esta acción y la sustracción de los objetos porque, según su testimonio, le habían encargado la limpieza del vehículo y no le abonaron el servicio tras su conclusión.
Con la colaboración de la Sala de Radio Control se intentó localizar a la propietaria del coche pero fue imposible, por lo que se avisó a la grúa municipal para que lo trasladase al depósito. El detenido fue llevado hasta las dependencias policiales donde quedó a disposición de la autoridad judicial.