Bendito el día en que aparcamos el victimismo y nos remangamos para remar en una sola dirección, la victoria.
Perdimos muchos años culpando a otros de nuestra suerte y, ahora, cuando vemos a los demás quejarse nos entra la risa.
Quedará mucha Liga pero la que ya se ha consumido nos deja una sensación muy agradable. ¿Cuánto vale Diego Costa? ¿Será Raúl García el nueve que anda buscando el Real Madrid? ¿Aceptaríamos un cambio entre Sergio Ramos y Miranda?.
Perdón por la guasa pero es que no es para menos. A la Liga bipolar le ha salido otro polo, un polo de desarrollo se decía hace muchos años, un polo bueno, bonito y barato.
La alegría rojiblanca contrasta con el estupor valenciano. No es un mal equipo, es un grupo asustado por su mala suerte, por su economía y por esa lucha intestina de poderes que hacen tanto daño a un club.
A Simeone le traicionó ayer la ambición. ¡Un gol¡ gesticulaba, uno más y …
Minuto a minuto, partido a partido, gol a gol así se anda el camino de la gloria.