Tras el escándalo generado por las declaraciones de la exeditora de Vogue Australia Kirstie Clements, que asegura en un libro que las modelos realizan dietas extremas para perder peso y mantenerse delgadas llegando incluso a comer pañuelos de papel para no sentir hambre, la versión británica de la revista ha decidido tomar cartas en el asunto.
Vogue Reino Unido se ha convertido en la primera publicación que firma un código de conducta compuesto por diez puntos por el que se compromete a respetar, salvaguardar y velar por el bienestar de sus maniquís.
Equity, el sindicato de artistas británico, ha llegado a un acuerdo con la revista con el propósito de mejorar las condiciones en las que trabajan las modelos.
Por medio del documento Vogue se compromete a respetar las jornadas laborales de las maniquís, que no podrán superar las diez horas diarias, de lunes a domingo, ni se las hará trabajar más de cinco seguidas sin un período de descanso. De hecho, el primer punto del código establece que al cabo de cuatro horas deberán relajarse durante un mínimo de quince minutos y que esos ‘breaks’ se incluirán en las diez horas que, como máximo, debe durar su jornada laboral. Además Vogue se compromete a abastecer a sus modelos de comida y bebida, teniendo en cuenta la dieta que siga cada una de ellas.
En lo que se refiere a los desplazamientos, Vogue pagará o facilitará el transporte de sus modelos siempre y cuando tengan que trasladarse a más de 16 kilómetros de distancia del centro de trabajo para acudir al lugar de la sesión. Además, a partir de las diez de la noche pondrá a su disposición un taxi para que les lleve a casa.
El cuarto punto del código hace referencia al respeto y la dignidad de las modelos, por el cual la revista se compromete a velar por su salud, seguridad y bienestar, y garantiza que no serán sometidas a ninguna acción peligrosa o degradante. Tampoco se les podrá exigir cambios de aspecto durante una sesión como cortarse el pelo, a no ser que ellas estén de acuerdo.
Cuestiones básicas que no se cumplen
En lo que se refiere a las fotografías, Vogue deberá explicar de antemano la naturaleza de las imágenes para que sea la modelo quien decida, antes de firmar el contrato, si accede o no a salir desnuda en el caso de que sea una de las exigencias.
Además, la revista pondrá a disposición de las maniquís baños con agua caliente, espacios privados para cambiarse, y adecuará la temperatura en los lugares de trabajo para su máximo confort. Por otro lado, durante el tiempo que dure el contrato, cada modelo dispondrá de un seguro que cubra todos los posibles riesgos a los que pueden ser sometidas.
El último punto hace referencia a las menores de 16 años que, bajo ningún concepto, podrán ser fotografiadas como si de modelos adultas se tratara. Tampoco se las pedirá que hagan sesiones donde tengan que aparecer desnudas o semi desnudas, y deberán estar siempre acompañadas por un padre o tutor.
Aunque muchas de estas normas parecen básicas, Equity ha denunciado que la industria no trata de manera correcta a las modelos obligándolas a trabajar durante más de 20 horas al día sin descanso, exigiéndolas que se desnuden en las sesiones o negándoles un tiempo para comer e incluso para ir al servicio.