La mayor parte del espectro de luz solar que incide sobre nuestra piel (el 54,3%) corresponde a la radiación infrarroja, la gran desconocida. Los rayos infrarrojos, capaces de penetrar en la piel mucho más allá que los ultravioletas (UVA y UVB), tienen importantes efectos negativos sobre la piel, y la gran mayoría de los productos de protección solar no son capaces de bloquearlos.
Entre las consecuencias negativas de la exposición a los infrarrojos, se puede destacar que penetran mucho más que los UV, dañando tanto la superficie como las capas más profundas de la piel, e incrementando los daños solares tanto a nivel epidérmico como en el ADN. Además, aumentan la temperatura de la piel así como el daño producido por los ultravioleta, alteran la estructura cutánea y reducen la protección natural de la piel, y al generar radicales libres, agudizan el fotoenvejecimiento de la piel.
Lancaster, la primera marca cosmética que lanzó una línea de protección solar (en 1971), y líder indiscutible en el sector (cuenta con el 38% de la cuota de mercado, según Silvina Illanes, Directora de Formación de la firma), vuelve a innovar reafirmando su posición de líder en productos solares con una nueva tecnología patentada capaz de bloquear los rayos infrarrojos, a través de un complejo de reflectores físicos formado por una combinación exclusiva de tres minerales (dióxido de titanio, polvo de rubí y pigmento nacarado) capaz de reflectar la radiación IR en la superficie de la piel, unido a un complejo de antioxidantes naturales y sintéticos, moléculas lipofílicas e hidrófilas que neutralizan los radicales libres generados por la exposición a los infrarrojos.
La amplia gama de productos de la firma se ha reformulado, y todos los productos, así como las novedades de 2012 (Comfort Touch Cream SPF 50 y Satin Sheen Oil SPF 30), incorporan a partir de ahora una triple protección frente a los rayos UVA, UVB e IR.