Llevamos varios meses sin ver el sol y tenemos más ganas que nunca de tumbarnos en la playa a ponernos morenos. Por eso, estos días de Semana Santa es necesario tomar precauciones »extra» a la hora de enfrentarnos al astro Rey.
Montse Fernández, dermátologa del Hospital de la Zarzuela, Montse Fernández, explica que «no es que estos primeros rayos de sol que han venido con el buen tiempo sean peores sino que nos pillan menos preparados que más adentrada la primavera o el verano. La piel ahora está mucho más sensible tras los meses de invierno».
Para evitar que nuestra piel se ponga roja y que hasta podamos llegar a tener quemaduras, es fundamental elegir un buen protector solar que sea adecuado a nuestro fototipo (definido por el color de la piel, del cabello, la tendencia a las quemaduras solares y la aptitud al bronceado).
Muchas de las cremas solares actuales protegen de las tres radiaciones solaes, así que infórmate bien con tu dermatólogo o en la farmacia o perfumería antes de adquirir uno. Estos son los tipos de rayos que llegan a la Tierra:
• Infrarrojos (IR). Proporcionan una sensación de calor y de bienestar. Son, al mismo tiempo, los responsables de los golpes de calor y las insolaciones.
• Luz visible. Antidepresivo de choque que favorece al mismo tiempo el envejecimiento cutáneo.
• Ultravioletas A (UVA). Los UVA estimulan la pigmentación y, por lo tanto, el bronceado. Muy penetrantes, alteran las fibras elásticas y son responsables del envejecimiento prematuro de la piel. Además, intervienen en el desarrollo de algunos cánceres de piel.
• Ultravioletas B (UVB). Los UVB estimulan la melanina, lo que provoca, en 48h, la aparición del bronceado. Favorecen la síntesis de la vitamina D (rayos “antiraquíticos”). Son los responsables, a corto plazo, de las “quemaduras” y, a largo plazo, del envejecimiento cutáneo prematuro y la aparición de algunos cánceres de piel. Disminuyen las defensas inmunitarias, lo que explica la aparición de brotes de herpes.
Por muy obvios que puedan resultar algunos consejos, sigue habiendo mucha gente que no los lleva a cabo y después llegan las manchas, arrugas indeseadas y, lo que es peor, una mayor probabilidad de sufrir un melanoma (en 2012 hubo una incidencia de 5.000 casos en España).
Si vas a ir a la playa o a la montaña, lleva siempre un sombrero o una gorra además de unas gafas de sol (con una protección del 100% frente a los rayos UV, así como el certificado de haber superado todos los controles de la Unión Europea). No te tumbes al sol en las horas centrales del día (entre las 12 y las 16 horas) y si no puedes evitarlo, aprovecha esas horas para resguardarte a la sombra (¡Ojo Aunque estés bajo la sombrilla o el día esté nublado, también debes utilizar crema protectora porque un cielo nublado deja pasar los rayos UVA y UVB del sol. Unicamente bloquea los rayos IR, por eso no sentimos sensación de calor pero podemos llegar a quemarnos).
A la hora de aplicar la protección solar, ahora existen fórmulas de todo tipo que facilitan la absorción incluso con el cuerpo mojado por el agua o sudor, y lo más aconsejable es usar, como mínimo, una protección FPS 30. Ponte la crema al menos 35 minutos antes de exponerte a los rayos solares y vuelve a aplicarla cada dos horas (siempre dependiendo del factor de protección que utilices).