Por su interés y actualidad publicamos íntegro el artículo de Jose María García Hoz en www.lainformacion.com
En la primavera pasada, Francisco González, Presidente del BBVA, aseguró que en el futuro la competencia de los bancos serían Google y similares. Sus palabras no suscitaron muchas reacciones, seguramente porque todo el mundo piensa que los bancos españoles bastantes líos tienen en el presente, como para andar preocupándose por el futuro.
Pero lo cierto es que el futuro anunciado por González cada vez está más cerca y cualquier día de estos Google dará el primer paso como entidad financiera, irrumpiendo en el sector de la inversión colectiva: fondos de inversión y de pensiones, sicavs, etc.
Dos años de estudio
Según publicó Financial Times, el gigante que todo lo puede encargó hace dos años un estudio sobre las posibilidades y oportunidades que presenta para Google el sector de los fondos de inversión. Aunque Google no ha hecho ningún comentario –silencio que en la praxis periodística se traduce como el que calla otorga– y no se sabe el cómo ni el cuándo, a la gente que se gana la vida montando, vendiendo y comprando productos de inversión en cualquiera de sus modalidades le ha corrido un escalofrío: si Google no da el paso, lo puede dar Amazon, o Microsoft… Y si Google se mete en el lío, nadie impedirá que los otros gigantes de Internet le imiten.
Las especulaciones se suceden: ¿Montará Google una gestora propia a la que aplicará su enorme potencia comercial? ¿Se “limitará” a vender los fondos de otros? Sea cual sea la respuesta –para mí tengo que hará como siempre: primero comercializará lo ajeno y luego montará su propia gestora– es evidente que ya nada será como antes, igual que no lo ha sido para los medios de comunicación, ni para el comercio detallista, ni para tantos otros sectores económicos. Para empezar: Google tiene una inigualable capacidad de conocer a la clientela, sus aspiraciones, sus manías y sus gustos.
Megadatos
Es histórica la “mano” que en su momento echó Google a las autoridades sanitarias norteamericanas para detectar anticipadamente las pandemias de gripe en Estados Unidos, mediante el análisis del número y localización de las personas que utilizaban el buscador con alguna pregunta sobre la gripe…
Y eso sin necesidad de violar ninguna privacidad. Dedicada esa capacidad de análisis de los megadatos a las inquietudes financieras del personal, será difícil que le plante cara cualquiera de los actuales protagonistas de la inversión colectiva, aunque se llamen JP Morgan, Fidelity o Banco Santander.
De hecho, la única barrera de entrada que se avizora son los requisitos legales que los diferentes reguladores de los diferentes países pondrán al salto de la Red a las finanzas. Salvadas las distancias, podremos asistir a la reproducción de la batalla de los taxistas contra Uber.
Todo es malo para los bancos
De aquí a unos años, y como decía el poeta, al sector financiero no lo va a conocer ni la madre que lo parió. Y ese cambio va a perjudicar particularmente a los bancos españoles, cuyas cuentas de resultados se nutren en parte no despreciable de las comisiones que generan la gestión, comercialización y depósito de los activos de la clientela.
Aunque ahora no sirva para nada decirlo, a la banca nacional le ha perdido su dominio exclusivo en la intermediación de toda transacción financiera: cuando controlas todo el mercado cualquier innovación, en cualquier frente, será perjudicial para tus beneficios. Hablamos de Internet, pero podíamos hablar de la banca en la sombra.