Podemos ya empieza a parecerse a un partido político. Se han juntado este fin de semana y ya están a la greña. Iglesias, el líder que dice no ser un macho alfa, ha dicho que los que pierdan tienen que “echarse a un lado”; y el equipo de Pablo Echenique, que impulsa la principal vía alternativa de la organización, le ha contestado que de echarse a un lado nada de nada y que si no prospera su propuesta seguirán en Podemos. Y la eurodiputada Teresa Rodríguez está en las mismas: “ninguno va a querer echarse a un lado porque no salga su propuesta. No hemos venido a construir Podemos para echarnos a un lado”. Y es que la segunda jornada de la sedicente asamblea ciudadana o congreso abierto de la organización está resultando de lo más interesante.
No es que el… ¿cómo le llamaríamos? ¿sector crítico? discuta el liderazgo de Iglesias, que tontos no son, pero dicen cosas que si parecen cuestionarlo. A saber. Rodríguez: “Hay un fuerte consenso de que Pablo Iglesias es el mejor, que tiene la iniciativa y nosotros formamos parte de este consenso. Al mismo tiempo, entendemos que este no es un debate de personas sino de ideas”. Y claro, Iglesias que ve que sus escasos y primeros cargos electos ya se ponen de perfil ha dado marcha atrás y dijo ayer aquello de que “Aquí no hay ni ganadores ni perdedores, sino el inicio de un proceso de cambio para cambiar este país”. Lo que decía: que ya casi son un partido político con sus peleas, sus razones de estado –cambiar este país- y muy pronto empezarán a crear órganos y más órganos para repartirse lo que vendrá. Que vendrá.
Pero como el portavoz principal de Podemos no se había enterado muy bien de lo que había dicho Iglesias repitió, poco después de su jefe, aquello de que quien pierda las votaciones deberá “echarse a un lado” algo a lo que el mismo se mostró dispuesto. Es decir, que son como los ministros del PP y PSOE: cada uno dice lo opuesto y todos se sientan a la misma mesa. Por cierto que lo de las votaciones también tiene su aquel. En ellas pueden participar los 130.000 simpatizantes de la organización, algo parecido a la votación que está preparando Mas en sus microondas de cartón, pero en otra fase. Y para terminar la fiesta, también ayer Iñigo Errejón, otro de los dirigentes, justificó que los ganadores lideren el nuevo proyecto de la formación, y zanjó el asunto con una frase que parece sacada del manual de Zapatero: “En Podemos cabe todo el mundo”. Lo dicho: ¡ya son un partido político!