Las bolsas europeas han cerrado un primer trimestre de 2015 sencillamente espectacular. Los índices del viejo continente se apuntan mayoritariamente subidas de doble dígito. Entre los grandes, el Dax alemán se lleva la palma con una revalorización superior al 20% seguido muy de cerca por el CAC francés o el MIB italiano. El Ibex español, ligeramente rezagado por la incertidumbre que provocan las convocatorias electorales de este año, sube cerca de un 13%.
¿Qué explica una subida de este calibre en apenas tres meses? La renta variable está siendo la gran beneficiada de la explosión de liquidez que ha provocado el programa de compras del Banco Central Europeo (BCE), que está adquiriendo activos (entre ellos deuda pública de los estados) por valor de 60.000 millones de euros mensuales con el objetivo que abaratar los costes de financiación de las economías europeas y de reactivar el crédito.
Las consecuencias han sido inmediatas. La rentabilidad de los bonos se ha desplomado hasta niveles impensables (la del bono español se sitúa alrededor del 1,2%, mientras que en los plazos más cortos el Tesoro ya se está financiando gratis) obligando a los inversores a buscar en la renta variable las rentabilidades que la renta fija les niega. Son las bolsas las que se están beneficiando de un movimiento –el de Mario Draghi- sin precedentes en la historia de la región.
Por obligación, los gestores están mirando hacia la bolsa. En España, un país en el que hay un gran porcentaje de ahorradores e inversores con un perfil muy conservador, el movimiento es lento pero imparable. Las enormes cantidades de dinero colocadas en depósitos bancarios que en cuestión de pocos trimestres han dejado de dar más de un 2% para ofrecer apenas medio punto porcentual a un año se desplazan hacia los fondos de inversión que en mayor o menor medida tienen acciones en su cartera.
De momento, los resultados no pueden ser mejores. El Ibex ha firmado su mejor primer trimestre desde el año 2009 y está a un paso de los niveles más altos de los cinco últimos años, ya claramente por encima de la cota de los 11.500 puntos. De la buena salud del selectivo habla que todos sus valores están en positivo salvo ArcelorMittal y FCC. Abenga y Gamesa, con subidas del 85% y de 57%, encabezan las subidas.
Pero otros 13 valores superan el 20% de revalorización en los tres primeros meses del año. Unas mejoras que están permitiendo a los inversores culminar un primer trimestre histórico. ¿Ha llegado el momento de realizar beneficios? No, al menos de forma masiva. Los analistas creen que el influjo de las políticas expansivas se mantendrá en el tiempo y que el potencial de crecimiento de Europa justifica nuevas subidas a corto y medio plazo, aunque quizá no tan potentes como entre enero y marzo.
En un trimestre marcado por el desplome de dólar (que favorece las exportaciones de las empresas europeas a otras regiones) y la caída del precio del petróleo, los enormes avances de las bolsas europeas contrastan con la debilidad de Wall Street. Si en Europa hay una expectativa de tipos históricamente bajos durante mucho tiempo, en las bolsas estadounidenses empiezan a pesar la posibilidad de que el precio del dinero empiece a subir pronto.