Las buenas noticias se acumulan para la economía española. A pesar del parón de la Eurozona y de las incertidumbres que sobre el crecimiento mundial genera el desplome del precio del petróleo, España aumenta su ritmo de mejora. Según el Banco de España, el país está creciendo a un ritmo del 0,6% en el cuarto trimestre del año, una cifra que elevaría al 1,4% el crecimiento del PIB en el conjunto de 2014, por encima de las previsiones oficiales del Gobierno.
En plena mejora de las grandes cifras macro nacionales, la banca vuelve a prestar. La hasta hace apenas un año carísima e inalcanzable oferta de créditos personales o hipotecarios se hace ahora más accesible y variada. Aunque la oferta sigue siendo restringida y sólo tienen acceso a la misma las personas más solventes, algo está cambiando, y lo está haciendo a toda velocidad.
Las cifras oficiales empiezan a poner negro sobre blanco la nueva situación. En octubre, la firma de hipotecas para compra de viviendas aumento un 18% en la comparación interanual. Aunque la cifra es inferior al alza del 29,8% del mes anterior, demuestra que el mercado hipotecario español abandona poco a poco la depresión. Es sólo el despegue desde el mismísimo suelo, como demuestra que la firma de hipotecas aún experimenta una caída del 1,3% en el acumulado del año.
La otra gran realidad es que el importe medio de las hipotecas sigue bajando. Ahora está en 99.866 euros, un 2,6% menos que en el mismo peíodo de 2013. ¿Qué significan estas cifras? Que aunque se conceden más hipotecas, los bancos sólo las conceden por importes que no superan el 80% del valor de tasación y con grandes exigencias, que incluyen la contratación de otros productos y, en general, un enorme grado de vinculación.
Lo más importante es que la oferta crece, y que poco a poco los diferenciales sobre el Euribor empiezan a bajar. Las grandes entidades ya están ofreciendo hipotecas con diferenciales que ya se sitúan por debajo del 2%. Bankinter, Sabadell, Santander, ING o Kutxabank están liderando el proceso, que parece imparable a la vista de la necesidad imperiosa de los bancos de mejorar su rentabilidad, ahora con el impulso de un escenario económico mucho más proclive.
Con las entidades compitiendo, los ganadores son los potenciales compradores de vivienda que durante años han visto como no podían realizar la que para la mayoría de las familias españolas es la mayor inversión de su vida. Las cifras dicen que el tipo de interés medio de las hipotecas constituidas hasta septiembre habría caído hasta el 3,59%. La cifra es un 13,5% inferior a la de un año antes.
El portal HelpMyCash valora en unos 500 euros anuales el ahorro que este descenso –que previsiblemente continuará en 2015- supone para el bolsillo de los ciudadanos. Con los tipos de interés en la Eurozona en el 0,05% y con visos de quedarse en esos niveles mucho tiempo por el estancamiento de la economía europea, los compradores de viviendas pueden encontrar en el mercado ofertas que ya se pueden considerar interesantes, aunque desde luego aún no aptas para todos los bolsillos.
Algo similar ocurre con los préstamos para el consumo. Los tipos prohibitivos que se situaban entre el 12% y el 15% hace apenas un año ahora se han reducido hasta niveles que alcanzan el 8% ó el 9% con importes concedidos que no suelen superar los 30.000 euros. Una realidad que puede impulsar el creciente consumo privado del que depende en gran parte la consolidación de la economía española.